La Inmaculada de los Venerables contemplada en su altar originario – 142

Inmaculada dee los Venerables
Los artistas regalan su espíritu a su obra y esta queda como mortecina en su soledad a la espera de que otro hombre la contemple y haga renacer su alma. Así, esta Inmaculada de Murillo me ofreció generosa el espíritu del artista.
Entré en la iglesia del Hospital de los Venerables y allí estaba, en donde siempre estuvo hasta que el franchute del mariscal Soult la secuestró en 1813. Sí, allí estaba, en el marco que Bernando Simón de Pineda había labrado para ella en torno a 1665.
Me acerqué a contemplarla. Estaba yo solo en el silencio de la nave. Y, como tantas veces me ha ocurrido con el Arte, me quedé extático delante de ella y no podía dejar de mirar a la Inmaculada de los Venerables.
Primero me quedé arrobado y quieto viéndola. Luego, mi razón empezó a escudriñar en sus detalles: en los angeles que, como una hélice que se difuminaba, la rodeaban, en las nubes blancas y doradas, y en Ella. Recorrí su cara de niña que miraba al cielo, sus delicadas manos unidas en el pecho, su vestido azul y blanco que vaporoso se enredaba en la luna a sus pies. Veía triángulos, pinceladas sueltas y luz, una luz tan cierta como la de la penumbrosa iglesia, y la veía ascender al cielo con un movimiento tan real como la quietud de mi postura. Pues así seguía, otra vez contemplándola, quedo, sin poder moverme.
Los artistas regalan su espíritu a su obra y esta queda como mortecina en su soledad a la espera de que otro hombre la contemple y haga renacer su alma. Así, esta Inmaculada de Murillo me ofreció generosa el espíritu del artista y pensando en ello, imaginé a los anciamos sacerdotes que la contamplaban hace siglos y rezaban afianzados en su fe al mirarla y desee que el milagro de que lo inerte cobre vida surja cada vez que alguien cruce su mirada con la mística e inocente belleza de esta Inmaculada de Murillo.
Y pasado el tiempo, me fui más rico de lo que había entrado, pues no hay mayor fortuna que la de contemplar un alma, máxime si es la de un artista a través de  su obra.

Juan Pablo Navarro
Maratania
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