Las Setas de la plaza Mayor de Sevilla


Me he acercado a ver las Setas de la Encarnación del alemán Jürgen Mayer. Como buen sevillano, soy novelero y, en cuanto puedo, voy a ver la última farola que se ha inaugurado. Al menos, tengo una primera impresión que trataré de exponer brevemente.
El eje plaza del Duque, Imagen, plaza de la Encarnación hace ya más de 50 años que se perdió para la Sevilla clásica. La casa de los Sánchez Dalp, la farmacia Central o el café París son solo un recuerdo devorado por la rapiña de esta ciudad. En esa zona existen edificios modernos de cierto interés –como los firmados por Rafael Arévalo Camacho y Ricardo Espiau Suárez de la Viesca-. Era, por tanto, un territorio en el que la arquitectura moderna tenía una amplia presencia. Por tanto, la iniciativa de crear un hito moderno en esa plaza con la intención de atraer un mayor tránsito hacia esa zona era una iniciativa plausible. Más aun cuando hacia décadas que esa plaza no era más que un solar rodeado de vallas en las que durante decenios ninguna corporación había sabido encontrarle solución.
Evidentemente, la nueva plaza es mejor que el solar que ha sustituido, sin embargo esto no es ninguna plusmarca. ¿Qué son las Setas? básicamente es un mercado en cuyo techo se ha abierto una plaza que se cubre con unas gigantescas estructuras que se prolongan hasta lo que queda de la plaza decimonónica de la Encarnación.
Daré mi opinión:
La entrada a la plaza de abastos es bastante vulgar, del mismo modo que la cartelería comercial que se deja ver, sin un diseño cuidado y con el mismo tono que podría tener un mercado de barrio. La plaza encima de ésta permite una mejor visión de los edificios de su entorno, en especial el esplendido de Imagen, 2, de Arévalo Camacho. De igual modo, tenemos una nueva visión de la iglesia de la Anunciación, eso sí, estorbada por las cubiertas de la plaza.

Edificio de Imagen, 2, de Arévalo Camacho

Edificio de Imagen, 2, de Arévalo Camacho (1957-1961)

Y vamos a las cubiertas, donde se ha ido el grueso del gasto de 120.000.000€. En su conjunto, su gran tamaño ofrece una evidente espectacularidad; el tamaño siempre importa. Los pilares que le sirven de base, en mi opinión, son de un dibujo poco acertado, aunque de gustos quién puede dictar doctrina.
La cubierta ofrece un perfil horizontal muy sugerente (que ha sido repetido en la placa conmemorativa con el bochornoso y descarado “La ciudadanía de Sevilla inauguró…”; y, por cierto, cuándo dejarán los políticos y periodistas de confundir ciudadanos, sacrificado en el altar de lo políticamente correcto, ¡Citoyens, Citoyens! ¡qué diría Sieyès si despertara!, con la cualidad de serlo, es decir, ciudadanía). Sin embargo, la estructura de la cubierta del Metropol Parasol no deja de recordarme en sus módulos prefabricados al mecano de un juego infantil.
El conjunto de las setas da sensación de presión y, parafreseando a Abradacúrcix, como si el cielo fuese a caer sobre nuestras cabezas. El detalle de rotularla como plaza Mayor con las letras cerámicas tradicionales es de vergüenza ajena. ¿Plaza Mayor de qué?¿Qué pintan esas cerámicas entre tanta modernidad? ¿Qué sentido tienen? Quítense ya, que eso sí tiene marcha atrás.
La última seta, la que cruza la calle y llega a los restos de la plaza decimonónonica, tiene efectos pervesos. Ahoga a ésta y a la bella fuente que está en su centro, no deja perfilar con el cielo a la iglesia de la Anunciación y, lo peor, corta por la mitad la hermosa vista que había de la torre de San Pedro ya desde la calle Laraña.
Antonio Burgos comentaba que con el dinero del Metropol se podría haber restaurado 60 veces la iglesia de Santa Catalina, joya del mudéjar y del barroco; la capilla Sacramental de Leonardo de Figueroa es una de las cumbres del barroco español, Arte, este sí, con mayúsculas. ¿Cuándo reinará la modestia y la prudencia en nuestros políticos? ¿Cuántos estadios, tranvías, metropoles y torres Pelli necesitan para dejar de malgastar el dinero que les cedemos con los impuestos? ¿No podríamos haber hecho algo mejor y más barato?
Dicho esto, debo decir, que el objetivo de revitalizar esa zona se ha conseguido y que la realidad es que el Metropol ya existe, que ya está aquí, que ya es un patrimonio de la ciudad y que, por tanto, debemos empezar a amarlo aunque la boda haya sido a la fuerza y no queramos a la novia. Yo ya empiezo:
La Setas me gustan
Las Setas me gustan
Las Setas me gustan…

Juan Pablo Navarro
Maratania
Edición. diseño, maquetación y servicios editoriales – Sevilla
maratania@maratania.es
www.maratania.es
Facebook
Linkedin
(Visited 32 times, 1 visits today)