Soy de esos sevillanos que dicen que no le gusta la feria pero van, beben sus copitas y ríen con sus amigos. Y, algunas veces, cojo mi cámara y tiro algunas fotos. La cámara tiene la virtud de obligarte a mirar, a buscar, a pensar. La cámara es una ventana diferente para mirar la vida. Y la feria es muy atractiva para ella, ¡cómo no¡ Así que este año ha sido de esos en que me he asomado a esa ventana. Aquí os dejo un apequeña selección: