La escalera es uno de los elementos arquitectónicos más antiguos. En Sevilla contamos con algunas de ellas que son de carácter monumental. Destacaré a cuatro de ellas
La de la Casa de las Dueñas asombra por su amplitud y por su espléndido artesonado construido por Martín Infante en 1571.
La escalera de Juan de Oviedo en el antiguo convento de la Merced, actual Museo, que comunica sus tres patios, es buena muestra de cómo en el Manierismo y en el Barroco se le da a las escaleras un aspecto singular y monumental.
Una de las más desconocidas y, a su vez, extraordinaria es la del antiguo convento de los Terceros, actualmente sede de Emasesa. El uso de dobles columnas toscanas le da un aspecto transparente de pleno efectismo Barroco. Es obra de fray Manuel Ramos, entre 1609-1697.
Del mismo autor que la anterior es la majestuosa escalera del palacio Arzobispal, donde adquieren protagonismo las pinturas al temple de Juan de Espinal de 1781 que producen en la bóveda, con su arquitectura imaginaria con querubines voladores y ángeles que se asoman a una ilusoria balconada, una sensación de mayor altura.