San Bartolomé, 1 – La Casa de Fernando Villalón – 205

san bartolome, 1 casa de fernando villalon

Fotografía de los azulejos del patinillo con un toro, el hierro de la ganadería y un caballo, anterior a la rehabilitación de la vivienda en 1976 por Luis Marín de Terán (fuente: Arquitectura Civil Sevillana)

Fotografía de los azulejos del patinillo con un toro, el hierro de la ganadería y un caballo, anterior a la rehabilitación de la vivienda en 1976 por Luis Marín de Terán (fuente: Arquitectura Civil Sevillana)

Es posible que Sevilla ya no exista o que, al menos, se haya quedado estéril. Hace un siglo, todavía la habitaban personajes originales a los que los sevillanos adocenados de hoy no podemos ni besarles los zapatos. Así, en la casa de sus abuelos, donde hoy tienen su sede las Hermanas de la Cruz, nació, en 1881, Fernando Villalón: conde de Miraflores de los Ángeles, ganadero, poeta, compañero de Juan Ramón Jiménez, amigo de los poetas de la Generación del 27, director de Papel de Aleluyas, masón, radiostésico, teórico del silfidoscopio –instrumento para  observar sílfides, ninfas, hadas, elfos y duendes- y señorito.
«Era Fernando un hombre extraordinariamente fino y simpático, hijo de esa romántica Andalucía feudal, que se sentaba bajo los olivos a compartir tú por tú, el pan con los gañanes. Profundamente popular, los verdaderos amigos suyos, los inseparables, eran los mayorales que guardaban sus toros, los gitanos, los mozos de cuadra, toda la abigarrada servidumbre de sus cortijos, además de cuanto torerillo ilusionado rondaba sus dehesas. Cuando lo conocí ya andaba arruinado. Negocios absolutamente poéticos lo habían venido hundiendo en la escasez, casi en la pobreza.»  (La arboleda perdida, Rafael Alberti)
Entre esos negocios poéticos, sea verdad o leyenda, estuvo el de crear una casta de toros de ojos verdes. Hazaña que me parece menor, comparada con la de dividir el mundo en dos partes: Sevilla y Cádiz.
Desde 1915, su casa sevillana estuvo en esta casa del siglo XVII que cierra el callejón donde arranca la calle de San Bartolomé, entre la casa de Mañara y el frente de casas que se unen a la parroquia. En 1976 la rehabilitó Luis Marín de Terán.

Juan Pablo Navarro Rivas
Maratania
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