Ya henos alcanzado la redonda cifra de 100 artículos en esta bitácora desde que arrancó a finales de enero de este año.
Estos 100 artículos me han demostrado que los temas han ido más allá que de hablar de los intereses de Maratania, donde compaginamos la edición de libros con servicios editoriales y de diseño – www.maratania.es
Por ello, aparte de artículos claramente relacionados con Maratania, he tratado diversos temas; el que más, el de la arquitectura civil sevillana. Así, he escrito sobre las casas del XVI, XVII, XVIII y contemporánea y que completaré en sucesivos artículos con las casas del XIX, modernistas y del regionalismo.
Otros temas expuestos han sido la religión, pensamientos, música, Andalucía, etc. Continuar leyendo
Author Archives: Maratania
La Universidad de Sevilla – La Antigua Real Fábrica de Tabacos, una fábrica del XVIII que parece un palacio barroco – 98
La Antigua Real Fábrica de Tabacos es uno de los edificios más emblemáticos de Sevilla y se sitúa en un lugar privilegiado, entre los límites del casco antiguo y el sur de la ciudad con sus edificios de la Exposición Iberoamericana. Une su historia a la de las cigarreras, grupo esencial en la historia social de la ciudad. Por otro lado, Sevilla, protagonista de célebres óperas como Don Giovanni, Las Bodas de Fígaro, El Barbero de Sevilla o Fidelio, con la cigarrera Carmen ganó uno de sus mayores mitos universales y románticos.
Durante el siglo XVIII, con el impulso renovador de los primeros borbones, se realizaron un conjunto de obras industriales. Así, los Almacenes Reales de Madera (1735), la reforma de la Casa de la Moneda (1785-1790), la Fábrica de Artillería (1778-82) o la Fábrica de Tabacos (1728-1771) que sustituyó a la que desde 1636 se encontraba en la plaza de San Pedro. La inició Ignacio Sala y la continuó Diego Bordick, pero su autor decisivo fue el flemenco Sebastián Van der Borcht. Continuar leyendo
El Costurero de la Reina, donde doña Mercedes y don Alfonso vivieron felices y comieron perdices
En el siglo XIX la arquitectura historicista rescató estilos del pasado para levantar nuevos edificios; ejemplo típico de ello es el neogótico Parlamento Británico (1840-1865). En España, esa corriente dio como fruto el estilo neomudéjar, como estilo histórico propiamente español. La plaza de toros de Madrid de Rodríguez Ayuso y Álvarez Capra de 1874 se considera como el arranque de este modelo. Poco después, en 1876, los duques de Montpensier encargaron a Juan Talavera de la Vega el cierre de la fachada principal de su palacio de verano en Sanlúcar de Barrameda, que se levantaba siguiendo los más variados modelos historicistas: italianizantes, rococó, egipcio, chinesco… Talavera añadió el neomudejar en su intervención. Esta fachada recuerda de manera clara a otra obra suya concluida en 1893, el sevillano Costurero de la Reina. Este pequeño castillete en los jardines de San Telmo se levantó como pabellón del Guardia Mayor de los Jardines. Como ya sabemos, ese mismo año, la duquesa María Luisa de Orleans cedió los jardines de San Telmo a la ciudad, reservándose una pequeña parte junto al palacio que se cercó, quedando este pabellón en uno de sus vértices.
Si como hemos visto, en el siglo XIX, se rescataron arquitecturas históricas, de igual manera, en ese siglo, personajes como los Hermanos Grimm o Andersen rescataron, a través de sus cuentos, historias centenarias en las que castillos y princesas eran lugares comunes. Con ese poso, no es de extrañar que, en movimiento inverso, el pueblo, ante el encanto del castillete, imaginase que la malograda reina María de las Mercedes (1860-1878), hija de los duques, cosía con sus damas en él, mientras que, románticamente, esperaba la visita de su amado Alfonso XII. Y así, como los cuentos superan la realidad, para los sevillanos será por siempre jamás el Costurero de la Reina donde doña Mercedes y don Alfonso vivieron felices y comieron perdices que, ¡cómo no!, les brindaba el Guarda Mayor de los Jardines de San Telmo.
El Puente de Triana y la modernización de la ciudad en tiempos de Isabel II
En 1174, el califa almohade Abu Yaqub Yusuf (¿-1184) ordenó construir un puente para unir las orillas del Guadalquivir. Lo compusieron barcas sujetas entre sí sobre las que se colocaron los tableros. Durante el XVII se realizaron proyectos para su sustitución pero esto no se hizo realidad hasta la construcción del Puente de Isabel II, popularmente conocido como el de Triana. Hasta la llegada del siglo XX, fue el único puente que unía Sevilla con Triana salvando el Guadalquivir.
Unido al inicio de la Revolución Industrial, el primer puente de hierro lo construyó Abraham Darby en Inglaterra en 1779. Con este se iniciaba la arquitectura del hierro que tanta importancia tuvo en el siglo XIX. Aquí, habría que esperar a 1852, cuando se inauguró el puente de Isabel II. Es la primera obra de arquitectura en hierro de Sevilla y de las primeras de España. Pero esta no supuso ningún cambio en las tendencias arquitectónicas de la ciudad y son escasas las muestras de aquella, así el Mercado del Barranco (1883), la desaparecida Pasarela (1896) o la Estación de Córdoba (1901).
El puente de Triana se unió al conjunto de medidas que para modernizar la ciudad se llevaron a cabo durante el reinado de Isabel II. Entre estas, en el año 1859 con el alcalde Juan José García de Vinuesa (1859-1865), se estableció el trazado de la red ferroviaria. La línea Sevilla-Córdoba se instaló en la plaza de Armas y, en San Bernardo, la línea Sevilla-Cádiz. Este hecho, si bien supuso una revolución en los transportes en Andalucía Occidental y reforzó el papel económico de Sevilla, también provocó graves problemas urbanísticos. Las líneas férreas estrangularon la ciudad, impidiendo la comunicación eficiente entre el centro y la periferia, lo que sólo se solventó con las obras realizadas en 1992 y la inauguración de la estación de Santa Justa.
Su construcción supuso el derribo del castillo de San Jorge, que había servido de defensa y permitido el desarrollo del arrabal de Triana. Fue este castillo, también, sede de la inquisición desde 1481 a 1785 cuando se trasladó al colegio de las Becas en la Alameda. Sobre el solar se encuentra el mercado de Triana, donde todavía de puede contemplar los cimientos del castillo.
Encuentro Internacional de Arquitectura Contemporánea en Ciudades Históricas
Las ciudades, reflejo de la personalidad de sus habitantes, tienen vida propia y su fisonomía cambia. En ciudades históricas como Sevilla, con un patrimonio histórico abrumador, es fundamental determinar cómo se combina la natural defensa de esa herencia con su obligada evolución para hacerla habitable. Ese es, basicamente, el tema del que trató el «Encuentro Internacional de Arquitectura Contemporáneas en Ciudades Históricas» que se celebró en Sevilla en septiembre de 2013 con la presencia de un nutrido número de expertos internacionales. Maratania ha tenido el honor de producir para la Gerencia de Urbanismo el libro que recoge el informe final en español e inglés de dicho Encuentro. Diseño. maquetación, gran parte de las fotografías y el seguimiento de la impresión ha corrido por nuestra cuenta. que ha contado con la inestimable asistencia en la coordinación de Isabel Evans.
En la elección de las fotografías se han seguido diversos criterios: recoger imágenes del propio Encuentro, mostrar los edificios sevillanos catalogados como Patrimonio Mundial, ilustrar ejemplos de arquitectura contemporánea en nuestra ciudad y, también, su relación con el caserío histórico.
Me gustaría compartir en este artículo alguna de las conclusiones generales:
«La necesidad de salir de los enfoques tradicionales y de tener en cuenta otras disciplinas, como los avances en neurociencia sobre la visión de la integración de la gestión del patrimonio urbano protegido en todo el proceso de planificación urbana.
Tanto los cambios en las morfologías urbanas y en las tecnologías y materiales como las necesidades de los habitantes llaman a la revisión de la sobreprotección y de los usos turísticos de los lugares y conjuntos históricos.
Las preocupaciones medioambientales, disminuyendo el consumo de energía y la contaminación causada por el crecimiento urbano, requiere respuestas drásticas para redefinir la gestión, protección y uso del patrimonio urbano. También requiere reflexión sobre los conceptos de patrimonio urbano e integridad.
Los conceptos deben ser revisados y el concepto de Paisaje Urbano Histórico debe ser clarificado, explicado y se deben desarrollar instrumentos para su uso…
Rechazar la antigua regla de tabula rasa y de patrimonio moderno por el bien de la modernidad y el uso de arquitectura contemporánea de negocioscomo símbolo de progreso y desarrollo económico.
Finalmente, la necesidad de diseñar y adoptar instrumentos normativos y herramientas para evaluar el impacto de la arquitectura contemporánea en las áreas históricas y sus territorios…
Los estudios del impacto deben llevarse a cabo antes de la realización de las obras arquitectónicas de mediana y gran escala, así como antes de las transformaciones urbanas o grandes infraestructuras, entendiendo siempre la ciudad como un organismo vivo en un proceso de cambio dinámico…
También fue destacada la necesidad de que los ciudadanos se involucren en los procesos de toma de decisiones sobre planificación urbana, así como la necesidad de que haya una colaboración entre las administraciones local, regional y central…»
La Maestranza y la yuxtaposición de casas con monumentos en Sevilla
En 1733, la Real Maestranza de Caballería obtuvo de Felipe V el permiso para la construcción de una plaza de toros en el monte del Baratillo. Realizada en madera, constituyó la primera plaza redonda de España. En 1761, con proyecto del arquitecto Vicente San Martín, se inició la que conocemos en la actualidad. Sin embargo, habría que esperar hasta 1881 para verla concluida con las obras que dirigió en esta última fase Juan Talavera de la Vega. Durante este transcurso de tiempo, se fueron adosando edificios en torno a ésta. Esto supuso que la circunferencia perfecta que se proyectó inicialmente se tornara en imposible, obligando a adaptar el edificio, incluyendo el ruedo, al solar resultante de esta yuxtaposición. Como resultado de ello, sólo desde el Paseo Colón se ofrece, en su fachada principal, al paseante que la observa. En Adriano, los distintos edificios que se le superponen la ocultan por completo; solo las puertas que se abren a la calle nos recuerdan su presencia.
Así es Sevilla, donde no es oro todo lo que reluce y donde los mejores diamantes se ocultan.
No hagamos fotografías de Semana Santa en vano
Disculpadme, reconozco que he hecho fotografías en Semana Santa. Y pido disculpas porque una de las plagas que tiene la desmedida Semana Santa actual es la de cámaras y móviles haciendo fotos o vídeos. ¡Cuánto se sufre cuando solo quieres vivir el momento y encuentras brazos en alto intentando hacer memorable ese momento en una imagen! Lo triste es que la mayoría de las fotos que hacemos no merecen el daño que provocamos con nuestro afán. A pesar de lo dicho, me atrevo a presentaros algunas de las mías y, en este enlace, más
(Os imagináis, en un futuro, una Semana Santa llena de drones fotografiando y filmando)
La Giralda y la Torre del Oro están en San Nicolás de Bari
La representación de la Giralda, símbolo evidente de la ciudad de Sevilla, se repite por doquier en pinturas y esculturas e, incluso, es imitada innumerables veces en la arquitectura. De la torre del Oro, aunque en mucho menor medida, podemos decir lo mismo. En la iglesia de San Nicolás, nos encontramos a las dos.
La Giralda aparece en el ático del retablo de San José, flanqueada, como es tradicional, por Santa Justa y Rufina; a quienes el pueblo atribuyó que el alminar no se cayera en el terremoto de 1504.
La torre del Oro aparece en el retablo de Santa Bárbara. A la santa se le representa tradicionalmente acompañada por una torre con tres ventanas en recuerdo de aquella en la que le encerró su padre. Aquí, se la sustuye por nuestra famosa torre.