Hoy es Sábado Santo y Cristo ha descendido a los infiernos, es decir, ha compartido la experiencia de la muerte.
Hablaba el otro día en «Las Barreras del Amor» de nuestra incomunicación, de nuestra íntima soledad que nos frustra la plenitud y sobre la esperanza en poder algún día colmarla. Así, en esta día en que Cristo muerto reposa en el silencio de la muerte, creemos que, entonces, accedió a ese reino oscuro, allí donde estaba la más profunda soledad, la más profunda incomunicación, y lo llenó con su Luz y nos abrió la puerta de la eternidad.
Y así, confiamos en que la muerte ya no es negrura, ya no es soledad sin fin, ya no es la nada; y que, cuando llegue nuestra hora, un rostro que es Amor nos acompañará para atravesar esa puerta y alcanzar la eterna, la infinita, la plena Luz de Dios.
Author Archives: Maratania
La Adriática – El remate neomudéjar de la avenida de la Constitución sevillana – 115
♦ Epiau tuvo el acierto de rematar el final de la avenida con una airosa torre en que emplea una amplia gama de recursos y un preciso dibujo.
La actual avenida de la Constitución la constituían la calle Génova, desde el Ayuntamiento, la de Gradas, al paso por la Catedral, la de la Lonja, delante del Archivo de Indias y, a continuación las edificaciones del Seminario de Santa María de Jesús y la Casa de la Moneda desde donde intrincadamente se llegaba hasta la Puerta Jerez.
Con el alcalde Antonio Halcón y Vinent, Conde de Halcón (1909-1913), el “alcalde palanqueta”, se transformó esta zona atendiendo más al criterio escenográfico que permitiese la visión de los distintos monumentos desde la Puerta Jerez al Ayuntamiento que al de conseguir una mejora funcional.
La apertura de la avenida permitió el levantamiento de numerosos edificios de estilo regionalista. En este contexto, José Espiau y Muñoz (1884-1938) realizó entre 1912-1913 el edificio neomudéjar de la Adriática. El autor tiene el acierto de rematar el final de la avenida con una airosa torre en que emplea una amplia gama de recursos y un preciso dibujo. Las cuatro plantas se decoran de forma diversa, desde la más compleja de la principal a la más simple del ático. Una cúpula decorada con cerámica vidriada lo cubría, ésta fue demolida en los años setenta y volvio a reponerse tras su reciente remodelación.
Espiau evolucionó como muchos de sus generación desde el modernismo, del que es el autor más prolífico, al regionalismo. En Orfila 11, logró uno de los mejores ejemplos del modernismo en nuestra ciudad. De su etapa regionalista sobresalen la Ciudad de Londres, la Adriática y el hotel Alfonso XIII.
En los bajos de la Adriática se encuentra la conocida confitería Filella, fundada en 1935, con sus excelentes dulces y sus deliciosas torrijas.
También le puede interesar
(pulse en la imagen para ir al enlace)
La plaza de América – El paraíso según Aníbal González – 114.
♦ Un hermoso conjunto de estanques, fuentes y jardines combina el ladrillo, el azulejo, el hierro y el agua.
En 1911, al Concurso de Proyectos para la Exposición Americana se presentaron tres propuestas. Una, la del logroñés Fermín Álamo, estaba basada en el estilo modernista. Otra planteaba disponer los pabellones de tal manera que formaran el nombre de Sevilla; será piadoso que no mencionemos a su autor. Por último, la de Aníbal González (1876-1929) desarrollaba un programa historicista y fue la que resultó la triunfadora. La Exposición supuso el acicate para la transformación urbana de la ciudad y el triunfo del estilo regionalista.
Es la plaza de América, junto a la plaza de España, donde Aníbal González expuso la mejor muestra de su estilo monumental y virtuoso, ecléctico y, sin embargo, imaginativo, que Sevilla asumió como propio. La plaza forma un rectángulo con sus lados menores redondeados. Un hermoso conjunto de estanques, fuentes y jardines combina el ladrillo, el azulejo, el hierro y el agua. En el fondo se sitúa el Pabellón Real y, en sus laterales, el Museo Arqueológico y el Museo de Artes y Costumbres.
En este último, concluido en 1914, recrea idealmente el arte mudéjar que combina con sugerente belleza con el conjunto de la plaza. Desde 1972 alberga al actual museo dedicado a la divulgación del patrimonio etnográfico y antropológico de Andalucía. El interesante y entretenido conjunto alberga, entre otros, la Colección de Bordados y Encajes Díaz Velázquez, una de las más completas de Europa, interesantes reconstrucciones de viviendas tradicionales y talleres de oficios.
En el Museo Arqueológico (1919), Aníbal González concluyó su personal recorrido por los estilos históricos con este enorme edificio neoplateresco. Desde 1942, alberga una de las mejores colecciones arqueológicas de España.
En la colección destaca el tesoro del Carambolo. Es una extraordinaria obra de orfebrería en oro de la legendaria Tartesos inspirada en los modelos del Mediterráneo oriental. Lo componen una cadena con colgante, brazaletes, pectorales y placas de cinturón fechado en torno al 650 A.C., pertenecientes al ajuar funerario de un alto dignatario.
Otras piezas de indudable interés son el Mosaico del Cortejo de Baco, la bella Venus de Itálica, la escultura de Hermes, la Diana cazadora o el retrato de Adriano cubierto por armadura con cabeza de la Medusa.
También le puede interesar
(pulse en la imagen para ir al enlace)
La arquitectura regionalista. Una fantasía para una Sevilla ideal – 113
♦ Fue decisiva la reforma que Barris inició en 1908 de la casa de los Sánchez Dalp en la plaza del Duque, hoy desaparecida.
La arquitectura regionalista ha tenido una enorme popularidad entre los sevillanos. Quizá sea porque su argumentario se dirigía a todo lo que aquel tenía en su imaginario, desde la tradición mudejar a la ciudad imperial, y porque su carácter propio dotó a la ciudad de una personalidad arquitectonica que la distinguía de cualquier otra, fundiéndose con elegancia con el extraordinario legado de su patrimonio histórico. Con ella, la fantasía de una ciudad imaginada e ideal tuvo su cauce.
El estilo regionalista tuvo sus antecedentes en obras como la casa Guardiola (1891) de Gómez Otero, el Costurero de la Reina, obra de Talavera de la Vega de 1893 o la Estación de Córdoba de José de Santos (1898). Tuvo una importancia decisiva la reforma que Barris inició en 1908 de la casa de los Sánchez Dalp en la plaza del Duque, hoy desaparecida, donde utilizó una mezcla de estilos históricos que sirvió para la formación de numerosos artesanos que trabajaron en obras posteriores.
El estilo adquirió carácter oficial con los preparativos de la Exposición Iberoamericana y con el Concurso de Fachadas de Casas de Estilo Sevillano convocado por el Ayuntamiento en 1912, que recomendaba el uso de los estilos históricos propios de Sevilla, excluyendo expresamente el estilo modernista.
Sin duda, el autor más importante es Aníbal González, autor de la Plaza de España. Espiau creó obras tan conocidas como el lujoso hotel Alfonso XIII en donde da muestras de su elegante estilo. En Talavera y Heredia se manifiesta la incorporación del lenguaje barroco, con obras como el puente de San Bernardo.
En próximas entradas haremos un repaso por los más interesantes edificios sevillanos de este estilo
La Fábrica de Enrique Ramírez – Un edificio industrial de Aníbal Gonzalez – 112
♦ En sus edificios industriales, la necesidad funcional acercó a Aníbal González al secesionismo vienés. Puso en estos más el acento en la variedad de las formas y materiales que en la ornamentación como medio de manifestar el efecto arquitectónico.
En su primera etapa modernista, Aníbal González realizó obras tan interesantes como el desaparecido Café París en la Campana con su espléndida torre de hierro y cristal o como los edificios gemelos de Alfonso XII 27-29 con su imaginativa decoración. En sus edificios industriales, como la Subcentral de la Sevillana en la calle Feria, el edificio de la Catalana de Gas en la calle Bogotá o la Fábrica de Enrique Ramírez (actual sede del IDEA) en Torneo (1908-1909), la necesidad funcional acercó a Aníbal González al secesionismo vienés. Puso en estos más el acento en la variedad de las formas y materiales que en la ornamentación como medio de manifestar el efecto arquitectónico.
El edificio de la calle Torneo tuvo como uso inicial el de fábrica de tejidos y se encontraba entonces en los límites de la ciudad. A pesar de ello, Aníbal González lo diseñó con gran creatividad, especialmente en su dinámica fachada principal y el tratamiento claramente modernista de su decoración cerámica. Entre 1990 y 1992, Miguel Lamas Zapata rehabilitó el edificio, por entonces abandonado, para sede del Instituto de Fomento de Andalucía (IFA). Para ello se respetaron las fachadas y se hizo una completa reforma del interior para adaptarlo a sus nuevos usos.
Tomás de Ibarra, 9 – Una casa modernista del bonaerense Simón Barris – 111
♦ La casa de Simón Barris en Tomás de Ibarra, 9, es un claro ejemplo del muestrario modernista en Sevilla.
Entre 1904 y 1905, Simón Barris y Bes (1859-1912) realizó la casa de Tomás de Ibarra, 9, por encargo de Juan de Haro y Conradi (1874-1937), una de las obras que con mayor pureza sigue los postulados modernistas. En este edificio de viviendas y oficinas empleó un amplio repertorio de elementos, como son la fachada de muros almohadillados, o el uso de la curva en vanos y balcones, que se proyectan airosos hacia la calle.
Simón Barris y Bes, natural de Buenos Aires, estudió arquitectura en Barcelona. Tras un dilatado viaje por Europa se estableció en Sevilla en 1902. Sus obras más importantes son el edificio de Tomás Ibarra, 9, (1904-1905), el Instituto del Doctor Serás (1905-1907) en Luis Montoto, 7, o su propia casa (1906-1907) en Luis Montoto, 9. De igual forma que otros arquitectos que se iniciaron en Sevilla con el modernismo como Aníbal González, José Gómez Millán, José Espiau y Muñoz o Juan Talavera, Simón Barris derivó hacia el regionalismo. En este aspecto tuvo una aportación decisiva en la reforma, iniciada en 1908, de la casa de los Sánchez Dalp en la plaza del Duque, hoy desaparecida, donde utilizó una mezcla de estilos plateresco, barroco y mudéjar y que sirvió para la formación de numerosos artesanos que trabajaron en obras posteriores.
La Joyería Reyes – La mejor decoración modernista en una centenaria joyería sevillana – 110
♦ La joyería Reyes es ir a París en pleno centro de Sevilla.
El cordobés José de los Reyes Gómez fundó esta joyería en 1880, hoy la más antigua de Sevilla. Con el tiempo, se convirtió en la preferida de la ciudad y tuvo entre sus clientes a la propia reina Victoria Eugenia. La actual tienda en Álvarez Quintero es de 1900. Es el momento de la introducción del modernismo en Sevilla
La Joyería Reyes, en su exterior, corresponde a los cánones eclécticos del siglo XIX y, sin embargo, en su interior surge un extraordinario muestrario modernista. Lo diseñó un decorador francés, quien alternó los dibujos florales de las paredes con los murales del techo sobre la mujer y las joyas. A este gusto parisino se les une el exquisito mobiliario.
Se creó un espacio único en la ciudad, equiparable a los mejores que en este estilo se idearon en Europa. En los años 50, se consultó a lo los clientes sobre una posible reforma del local, los cuáles, afortunadamente, se mostraron unánimemente en contra.
Casas modernistas en Sevilla – El Modernismo, el gran olvidado de la arquitectura sevillana – 109
♦ Es la arquitectura modernista la gran olvidada en Sevilla. Si no muchos, la ciudad tiene un interesante conjunto de edificios que los sevillanos deberían reconocer.
La introducción del modernismo en Sevilla surgió gracias a una nueva burguesía deseosa de mostrar su posición y a una generación de arquitectos que querían abrirse a las nuevas corrientes europeas. En sus inicios, se manifestó en el arte decorativo, incorporándolo a obras decimonónicas; éste es el caso de la Joyería Reyes.
En 1903, Gómez Otero construyó en Jerónimo Hernández, 18-20, la primera obra modernista en Sevilla. En 1904, su yerno, Aníbal González, levantó la fachada del sagrario de la iglesia del Santo Ángel, cercana al modernismo catalán. En su etapa modernista, Aníbal González realizó obras como el desaparecido Café París en la Campana con su espléndida torre de hierro y cristal o como los edificios gemelos de Alfonso XII, 27-29, con su imaginativa decoración. En sus edificios industriales, como la Fábrica de Enrique Ramírez en Torneo, 26 (1909), la necesidad funcional acercó a Aníbal González al secesionismo vienés.
En 1905, Barris y Bes realizó la casa de Tomás de Ibarra, 9, y, en 1908, Espiau edificó la vivienda de Orfila, 11; era el momento en que esta estética tuvo mayor auge en la ciudad, aunque ya pronto sería vencida por el estilo regionalista.
También le puede interesar
(pulse en la imagen para ir al enlace)