El Puente de Triana y la modernización de la ciudad en tiempos de Isabel II

Puente de TrianaEn 1174, el califa almohade Abu Yaqub Yusuf (¿-1184) ordenó construir un puente para unir las orillas del Guadalquivir. Lo compusieron barcas sujetas entre sí sobre las que se colocaron los tableros. Durante el XVII se realizaron proyectos para su sustitución pero esto no se hizo realidad hasta la construcción del Puente de Isabel II, popularmente conocido como el de Triana. Hasta la llegada del siglo XX, fue el único puente que unía Sevilla con Triana salvando el Guadalquivir.
Unido al inicio de la Revolución Industrial, el primer puente de hierro lo construyó Abraham Darby en Inglaterra en 1779. Con este se iniciaba la arquitectura del hierro que tanta importancia tuvo en el siglo XIX. Aquí, habría que esperar a 1852, cuando se inauguró el puente de Isabel II. Es la primera obra de arquitectura en hierro de Sevilla y de las primeras de España. Pero esta no supuso ningún cambio en las tendencias arquitectónicas de la ciudad y son escasas las muestras de aquella, así el Mercado del Barranco (1883), la desaparecida Pasarela (1896) o la Estación de Córdoba (1901).
El puente de Triana se unió al conjunto de medidas que para modernizar la ciudad se llevaron a cabo durante el reinado de Isabel II. Entre estas, en el año 1859 con el alcalde Juan José García de Vinuesa (1859-1865), se estableció el trazado de la red ferroviaria. La línea Sevilla-Córdoba se instaló en la plaza de Armas y, en San Bernardo, la línea Sevilla-Cádiz. Este hecho, si bien supuso una revolución en los transportes en Andalucía Occidental y reforzó el papel económico de Sevilla, también provocó graves problemas urbanísticos. Las líneas férreas estrangularon la ciudad, impidiendo la comunicación eficiente entre el centro y la periferia, lo que sólo se solventó con las obras realizadas en 1992 y la inauguración de la estación de Santa Justa.

El puente de Triana en nuestro libro "Y Sevilla"

El puente de Triana en nuestro libro «Y Sevilla»

Construído entre 1847 y 1852, el puente de Triana lo proyectaron los ingenieros franceses Gustavo Steinacher y Fernando Bernadet inspirados en el parisino del Carroussel. Lo forman cuatro bloques de piedra unidos por tres grandes arcos de hierro con anillos que conectan éstos y el tablero. En su construcción intervino la fundición de San Antonio del catalán Narciso Bonaplata, el cual, por otra parte, unido al vasco José María de Ibarra, propuso la celebración de la Feria de Abril en 1847.
Su construcción supuso el derribo del castillo de San Jorge, que había servido de defensa y permitido el desarrollo del arrabal de Triana. Fue este castillo, también, sede de la inquisición desde 1481 a 1785 cuando se trasladó al colegio de las Becas en la Alameda. Sobre el solar se encuentra el mercado de Triana, donde todavía de puede contemplar los cimientos del castillo.

Juan Pablo Navarro Rivas
Maratania
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