Me recibió una comunidad sumamente alegre de monjas españolas, mejicanas y de otras naciones. Incluso, una novicia calabresa, bellísima, por cierto, que había huido aquí desde su Italia natal para seguir una vocación a la que sus padres se negaban. Miguel Zapke, el fotógrafo, y yo compartimos un día delicioso con ellas. Con sencillez y humildad se prestaron a ayudarnos. Las vimos orar en la iglesia y en el coro, y trabajar en las múltiples labores que las ocupan diariamente.
Antes de entrar en la clausura, un azulejo con el lema de «Paz y Bien» indica la disposición en que se debe entrar. Su claustro renacentista no será de los más bellos de Sevilla pero recuerda al encanto de un patio de vecinos: macetas y jaulas con canarios, una humilde fuente en el centro, azulejos en el zócalo, un calvario en la entrada. Sobre una puerta, un azulejo de Jesús de la Pasión donado por mi padre, Francisco Navarro Sánchez del Campo, a la comunidad en los años setenta.
El convento ha sido remozado por el ayuntamiento tras la cesión a éste del convento de Santa Clara.
Ello ha hecho superar las lamentables condiciones higiénicas que habían sufrido en pasadas décadas. Incluso, un ascensor nos llevó desde una habitación aledaña al patio a la clausura. Me quedé sorprendido por su curiosa arquitectura; las celdas, con sus techos a un nivel inferior al de la planta, ofrecen la impresión de casas y sus corredores parecen calles. En una sala a modo de museo, conservan un encantador belén en una vitrina. En el coro alto, una cubierta mudéjar recoge la oración de las monjas y una reja a los pies deja ver la iglesia. Su retablo es obra de 1690 de Cristóbal de Guadix con esculturas de Pedro Roldán, salvo la Virgen que la preside. Pero es una humilde talla de San Pancracio en una de las peredes la que atrae una gran devoción popular.
Como la mayoría de los conventos, sufre de la penuria económica. Durante muchos años han encuadernado libros para financiarse; ahora van a abrir un obrador con recetas de monjas clarisas, espero que tengan suerte con él. En cualquier caso, la Providencia siempre está con ellas.
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Hola:
Acabo de encontrarme con este artículo que me ha interesado.
Veo que al final del título lleva un 5, y presupongo que puede haber otros 4 anteriores, pero no los encuentro. ¿Estoy equivocado?. De existir, ¿cómo llego hasta ellos?.
Gracias.
Estimado Nonoro, el número 5 se refiere a que fue el artículo número 5 que se publicó en esta bitácora. Puedes ver todos los artículos pinchando en http://maratania.es/bitacora/
Por otro lado, puedes moverte para adelante y para atrás pinchando en el enlace que aparece al final del artículo. En este caso:
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Gracias
Juan Pablo Navarro