Los 12 sevillanos ilustres de Susillo en el palacio de San Telmo - 96

Cuando por los años 70, mi padre me llevaba en coche al colegio, al pasar por Palos de la Frontera, siempre me llenaban de curiosidad las estatuas que aparecían en la fachada norte del palacio de San Telmo que daba a esa calle. La velocidad del automóvil sólo permitía atisbar alguno de los nombres que aparecían en la base de cada estatua. Con el tiempo, muchos los reconocía por sus poses arquetípicas repetidas en otros lugares de la ciudad: Mañara llevando en brazos a un mendigo, Daóiz con su espada en alto, Velázquez con sus pinceles,… Otros, en cambio, mantenían su eterno anonimato.

12 eran y 12 son los sevillanos ilustres que representó Antonio Susillo en 1895. Por entonces, Antonio de Orleans, duque de Montpensier, ya había muerto (1824-1890) y era su mujer, Luisa Fernanda de Borbón (1832-1897), quien habitaba en el palacio. Eran tiempos en los que todavía se veneraban a los héroes, santos y artistas y la Historia no se desdeñaba o ignoraba y no era causa para autofustigarse en la espalda o apuñalar al contrario.
12 eran, pues, y estos 12 son:

Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, Jaén, 1568 – Sevilla, 18 de junio de 1649), genial escultor y autor de obras maestras como el Cristo de la Clemencia, la Cieguecita y Jesús de la Pasión. Su fama fue tal, que todo lo mejor de la escuela sevillana se la atribuyó a su gubia. De hecho, en la representación de Susillo, aparece portando la cabeza del Señor del Gran Poder de Juan de Mesa.
Rodrigo Ponce de León (Arcos de la Frontera, Cádiz, 1443 -Sevilla, 1492). Señor de Marchena, conde de Arcos y duque de Cádiz, fue el gran rival de Enrique de Guzmán, duque de Medina Sidonia. A él se debió la toma de Alhama, decisiva para la caída de Granada en 1492. En ese año murió, al igual que su rival Enrique
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 1599 – Madrid, 1660). El genial autor de“Las Meninas”. Su etapa sevillana se prolongó hasta 1623, y de ella destacan obras como “Vieja friendo huevos” o “El Aguador”..
Miguel Mañara (Sevilla, 1626 – 1679). Poseía una de las mayores haciendas de la Sevilla del XVII. Tras morir su mujer en 1661 se dedicó al servicio de los pobres. En 1671, dejó su palacio para residir en una casa más humilde y, en 1677, en la más pobre celda del Hospital de la Caridad que él había fundado. La imaginación popular vio en su vida la inspiración del personaje de Don Juan, pero Tirso de Molina ya lo había ideado cuando Mañara era todavía un niño. Leyenda, como la que motiva su conversión en la visión de su propio funeral en la llamada calle Ataúd, hoy paradójicamente llamada Vida.
Lope de Rueda (Sevilla, c.1505 – 1565) . Autor dramático, poeta y comediante, es considerado el fundador del teatro español. Asimiló las técnicas de la “commedia dell´arte” italiana. Los protagonistas de sus obras eran tipos cotidianos con los que cualquiera se identificaba y que facilitaban las situaciones cómicas.
Diego Ortiz de Zúñiga (Sevilla, 1633 – 1680). Veinticuatro de Sevilla, fue autor de los Annales eclesiásticos y seculares de la ciudad de Sevilla, obra en la que recoge la historia de la ciudad desde 1246 hasta 1671.
Fernando de Herrera (Sevilla,1534 – 1597). Es el máximo representante del clasicismo sevillano. Dedicó toda su poesía amorosa a la condesa Leonora de Milán. Gran erudito, codificó toda la poesía de Garcilaso.
Luis Daoíz (Sevilla, 1767 – Madrid, 1808). Fue uno de los grandes héroes de la Guerra de Independencia. El 2 de mayo de 1808 servía en el Parque de Artillería de Madrid donde con su compañero Velarde capitaneó hasta la muerte la defensa de la embestida de las tropas napoleónicas.
Benito Arias Montano (Fregenal de la Sierra, 1527 – Sevilla, 1598) fue humanista, hebraísta, biólogo y escritor. Marcelino Menéndez Pelayo le calificó de «gran filósofo, eminente escriturario, sabio humanista y dulcísimo poeta«.
Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1618 – 1682). Es el máximo representante de la Escuela Sevillana de Pintura. Sus cuadros religiosos, sus inmaculadas y sus niños pícaros han pasado a formar parte de la iconografía universal. En su casa del barrio de Santa Cruz murió en 1682 tras caer de un andamio mientras pintaba el retablo mayor de los Capuchinos en Cádiz.
Fernando Afán de Ribera y Enríquez (Sevilla, 1583 – Villach, 1637). Duque de Alcalá y diplomatico, fue también escritor, mecenas y coleccionista de arte. Reunió una extraordinaria biblioteca en su Casa de Pilatos.
Fray Bartolomé de las Casas (Sevilla, 1484 – Madrid, 1566). Fraile dominico conocido como el “defensor de los indios” por su labor en favor de los indígenas americanos, fue uno de los precursores de los Derechos Humanos. Su Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias llevó a Carlos V a la promulgación de las Leyes Nuevas, normas protectoras de los indios. En 1544 fue consagrado en el convento de San Pablo como obispo de Chiapas.