El viajero que se creyese que ha cumplido por pasar tiempo en Sevilla para ver sólo la Giralda, el Alcázar, el Archivo, el patio de los Naranjos, la tumba de Hernando Colón, la espada de Vargas y los maravillosos murillos del Museo, no podría decir que conoce la ciudad del Sur de España, de Andalucía..
Se debe pasear por las estrechas calles donde, de una casa a otra, se suspenden lonas de alegres rayas para protegerse del sol llamadas tendidos; pararse en las esquinas de las callejas admirando las Madonnas pintadas, ante las que la buena andaluza no pasa sin decir Ave María Purísima; perderse en las callejuelas serpenteantes, descifrando las inscripciones, y reposar sobre las fuentes de mármol de la Merced, de la Magdalena, del Salvador, de la Plaza del Duque, donde se encontraban los naranjales de los Duques de Medina Sidonia.
El Corral del Conde, que toma su nombre de una de las grandes familias sevillanas, rodeado de casas antiguas donde cuelgan ropas de un tono feroz, con balcones salientes, con miradores que proyectan grandes sombras, es uno de los rincones de la ciudad donde se detiene el acuarelista con la mayor felicidad .
Cuando somos capaces de captar los matices de la lengua española, sentados a la sombra de sus sombrillas, esbozamos sus acuarelas, y las sevillanas, los majos y los aguadores nos ofrecen una representación por la que, fanático de España, del cielo azul, de los ojos almendrados, de los labios en flor y del habla castellana, yo daría toda la calle de Rivoli, menos el ayuntamiento y la torre de Saint-Jacques.
Id a Corral, donde se encuentra a la cigarrera, que lleva un vestido de lino, con una peineta en el moño, cayéndole la mantilla sobre los hombros y el clavel rojo o una flor de granada detrás de oreja. Aquí es donde uno pone su puño en la cadera y el sombrero sobre los ojos, aquí es donde lo envuelve con orgullo la capa y donde, por la noche, se celebran las mejores estampas de las corridas de toros. En el Corral es donde usted se encuentra el sevillano de verdad que llena su búcaros en la fuente y traza, sin saberlo, actitudes de estatua antigua.
Juan Pablo Navarro Maratania Edición. diseño, maquetación y servicios editoriales – Sevilla
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