Ana Fernández de El Diario de Sevilla nos ha escrito una interesante artículo sobre «Casas Sevillanas – Desde la Edad Media al Barroco»:
Donde habita la historia
El catedrático de Arte Teodoro Falcón presenta un nuevo libro de las casas-palacio sevillanas del XVI al XVIII, editado por Maratania
Ana Femández
Basta con cruzar el umbral de una de las casas-palacio con historia de la ciudad para descubrir que en ella duermen la cultura, la historia e, incluso, los cambios sociales y económicos de una época. Para aquellos que quieran pasar este dintel sin moverse de casa, el libro-estudio Casas sevillanas desde la Edad Media hasta el Barroco, escrito por el catedrático de Arte de la Universidad de Sevilla Teodoro Falcón, abre las puertas de una quincena de ellas con cada pase de página. Ayer, probablemente en el marco más idóneo, la Casa de los Pinelo, el investigador presentó, de manos de la editorial Maratania, este monográfico que destaca por su carácter audiovisual, su gran formato y lo accesible que resulta para que todo tipo de público se adentre en el tema.
En este recorrido entre pasillos, patios y un sinfín de detalles ar quitectónicos y ornamentales, el lector se topará con tres claros apartados: la casa-palacio medieval, la renancentista y la barroca.
En ellos se analiza cómo era la ciudad en cada periodo, su estructura social, así como los rasgos económicos y demográficos que influyeron en la estructura de cada caserío. Además, se desvela su actual uso, con «más alma» si sigue en manos privadas que si ha sido reformada en museo o para uso de la Administración.
En total, quince casas protagonizan este paseo por los siglos XVI, XVII y XVIII que viene a refrescar, sobre todo en la calidad y el color de las imágenes, clásicos como la colección de bolsillo de la Universidad de Sevilla o, de manera más cercana, a Arquitectura Civil Sevillana (Collantes de Terán y Gómez Estem) y Cien Edificios de Sevilla (Vázquez Consuegra).
En la Edad Media, se detallan casas como el Alcázar (también en el Renacimiento), Casa de Altarnira, Casa del Rey Moro y Palacio de los Marqueses de la Algaba. En el Renacimiento: Casa de Pilatos, Palacio de Dueñas, Casa de Mañara, Casa de los Pinelo y Alcázar. La obra concluye con el Barroco y el Palacio Arzobispal, el de la Condesa de Lebrija, Casa de los Bucarelli, Casa de Vila, Casa del Almirante López Pintado y Casa de Benito del Campo.