Hércules me edificó / Julio César me cercó / de muros y torres altas / y el rey santo me ganó / con Garci Pérez de Vargas.
Anónimo
He considerado a esta provincia como mía entre todas, derramando sobre ella cuantos beneficios pude.
Julio César (100 – 44 a. C.)
Mi cara Híspalis, la del nombre ibérico, junto a la que fluye un río marinero y en cuyas manos Hispania entera pone las insignias del poder.
Ausonio (310 – 393)
¡Oh gran Sevilla!, Roma triunfante en ánimo y nobleza.
Miguel de Cervantes (1547-1616)
Bellísima, por su riqueza, grandeza, y majestad, trato, policía, puerto y puerta de las Indias, por donde todos los años se puede decir que entra dos veces en ella el sustento universal de España.
Lope de Vega (1562-1635)
Sevilla, hermosísima ciudad; quien no ha visto a Sevilla no ha visto maravilla; y yo soy de la misma opinión.
Lord Byron (1788-1824)
(En Sevilla) no resuena el toque del clarín guerrero,sino la vihuela del amor.
Lord Byron (1788-1824)
Frío, frío debe ser el corazón que se quede insensible ante las bellezas de este mágico escenario. He derramado lágrimas de embeleso de sólo mirarla.
George Borrow (1803-1881)
El ayer no le preocupa, el mañana menos todavía; ella es sólo presente. El recuerdo y la esperanza son la felicidad de los pueblos desgraciados, y Sevilla es feliz.
Theophile Gautier (1811-1872)
Cada balcón, cada fragmento, cada escultura solitaria recuerda la aventura nocturna de un rey, las aspiraciones de un poeta, la historia de una hermosa, un amor, un duelo, un rapto, una fábula, una fiesta.
Edmundo de Amicis (1846-1908)
El encanto íntimo de Sevilla está en lo que nos comunica su pasado. Su alma habla en la soledad silenciosa; así el alma triste de toda la vieja España.
Rubén Darío (1867-1916)
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero.
Antonio Machado (1875-1939)
¿Qué no diremos de Sevilla, que hemos llamado la ciudad de la gracia, es decir, la ciudad estética y “extética” por excelencia?
José María Izquierdo (1886-1921)
Si supiéramos de alguna ciudad que tuviese esta sabia armonía, esta exquisita aristocracia, esta plenitud de espíritu de nuestra ciudad, no hubiésemos empezado a escribir.
Manuel Chaves Nogales (1897-1944)
Sevilla es una torre llena de arqueros finos.
Federico García Lorca (1898-1936)
Blanco laberinto manchado aquí o allá de colores puros, y donde a veces una cuerda de ropa tendida flotaba henchida por el aire con una insinuación marina.
Luis Cernuda (1902-1963)
No creemos que haya placer en el mundo comparable a esta embriaguez de los crepúsculos de Sevilla sobre los montes y el río; es morir un poco en la gloria.
Joaquín Romero Murube (1904-1969)
…y Sevilla.
Manuel Machado (1874-1947)