En 1976, Antonio Cruz Villalón y Antonio Ortiz García terminaron el edificio de Doña María Coronel, 26, en que de manera valiente e inteligente aportaron una acertada propuesta de uso del lenguaje moderno en el casco histórico de la ciudad, muy lejana del estilo ramplón y convencional, falsamente sevillano, que tanto se prodigó en aquella época y que tanto degradó el casco antiguo.
Cercano a este lugar y fechas, realizado entre 1976 y 1982 por Gabriel Ruiz Cabrero y Enrique Perea Cavera, el Colegio de Arquitectos supuso una inteligente solución para responder al complejo entorno en el que se encontraba, situado en un solar frente a la iglesia gótico-mudéjar de San Pedro y esquina a la plaza del Cristo de Burgos con sus edificios tradicionales.
En la calle Imagen se dispuso una fachada funcional en la que se utilizó el ladrillo visto en consonancia con la tradición local, el cual se continuó en la plaza por un muro con amplias aberturas que dejan ver el patio y el muro cortina de vidrio con el que se cierra el interior. El edificio resultó impopular ya que chocó con la ideología dominante atada a las formas regionalistas.
Es muy interesante contemplarlo y compararlo con la vecina torre de la iglesia de San Pedro y ver el parecido de ambos en el uso del ladrillo.
La Arquitectura contemporánea en Sevilla – De Lupiáñez a las Setas
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