El poemario de Ricardo Arjona -Recetario Sevillano- llama la atención de los medios. Adjunto aquí las mejores reseñas:
Boquerones en soNETO, un «Recetario sevillano» en verso
Por Alfredo Valenzuela – EFE
La cocina tradicional, la métrica clásica, la poesía clara y el humor se han fundido en «Recetario sevillano» (editorial Maratania), un recorrido en verso por las tapas y los platos más típicos de la cocina sevillana en el que la cola de toro y los boquerones fritos han merecido un soneto.
El autor de este recetario, que lleva el subtítulo de «La visión de un inepto en la cocina», es Ricardo Arjona Antolín (Sevilla, 1967), hombre polifacético, ingeniero industrial, fundador y presidente de dos empresas con un total de cincuenta empleados, una dedicada a la biotecnología y otra al desarrollo de modelos matemáticos, que también fue durante seis años vicepresidente ejecutivo de una sección de Abengoa en Estados Unidos, de donde regresaba todos los meses a Sevilla en busca de boquerones fritos:
«Desde San Luis, Missouri, volvía cada mes a comer boquerones fritos, era como una necesidad», ha dicho a Efe este ingeniero que tiene en su pedestal poético a Manuel Machado, al que considera «un poeta fabuloso» y a poetas más próximos como Juan Sierra y Juan Lamillar.
«Plata de tizne, negrura de las cuevas / en sepulcros blanqueada, destripados / bocartes, desecados, abrasados, / unción y funeral, perolas nuevas», dice un cuarteto del soneto dedicado a los boquerones fritos en este recetario que también se ocupa de los dulces de clausura, ya que su autor es asiduo colaborador de conventos y monasterios, que visita regularmente por su devoción al patrimonio histórico y arquitectónico.
Monasterios y conventos están presentes en este «Recetario», también con las «Yemas» de San Leandro y los «Bollitos» de Santa Inés, pero el espacio más transitado por estos versos son los bares sevillanos, al menos los de mayor abolengo, como «El Rinconcillo», de numerosas alusiones en el poema titulado «Espinacas con garbanzos», que compara uno de sus botelleros con un friso del Partenón y contiene un verso que retrata al camarero «tiza en mano».
Para el autor «no hay nada más poético» que las torrijas de La Campana, la cafetería ubicada en un extremo de la calle Sierpes, ese kilómetro Cero de Sevilla desde donde el autor se traslada a las humildes zanahorias aliñadas del bar «Las Golondrinas», al otro lado del Guadalquivir, allá en Triana.
Ricardo Arjona ha asegurado que, del mismo modo que en sus poemas sugiere el lugar donde hay que comer cada uno de estos platos, cada una de las estrofas guarda relación con el plato en cuestión, y que así, por ejemplo, para el «Bacalao frito» reservó la octava real porque se trata de un bocado que tiene «cierto regusto a la milicia, como los soldaditos de Pavía».
El humor está presente en todo el recetario como lo estuvo en su génesis.
El autor ha confesado que el primero de estos poemas surgió en una reunión de una de empresa de fabricación de salsas que ha creado recientemente con otros cinco socios. Como la reunión se hacía tediosa, improvisó sobre un papel unos versos dedicados a una salsa bajo un título que parece toda una geografía: «Chile y Jerez».
Al dar por terminado el «Recetario sevillano», el autor quiso notar que le faltaba algo. «Cuando las musas no te visitan, es que no te visitan», según ha dicho a Efe, y por eso pensó en dotarlo de una «Sobremesa» en forma de una serie de textos breves a cargo de amigos y cómplices en asuntos culinarios y poéticos.
De este modo convocó a la antropóloga especialista en cocina mediterránea Isabel González Turmo, al escritor Luis Felipe Campuzano, al también escritor, profesor y empresario Luis Miguel Rufino, al jurista, profesor y escritor Ernesto Pérez Solano, y al poeta Jaime Gastalver y a su musa y «gastrósofa» Lilian Weikert, que además es la hermana de Carlota, la ilustradora que ha iluminado este «Recetario sevillano».
Recetario Sevillano, un libro que une poesía y gastronomía
Por Gastronomía y Moda
La Editorial Maratania ha publicado Recetario Sevillano, un poemario escrito por Ricardo Arjona Antolín que receta, con ritmo y de forma algo burlona, platos que hay que probar en Sevilla y lugares donde disfrutarlos: las zanahorias aliñadas de las Golondrinas, con las que disfrutar de su barra, o la dulce tentación de las torrijas de la Campana, o la belleza de las yemas de San Leandro…
Hacer de cada comida un verso y llenar la mesa de poemas no es algo nuevo, numerosos escritores lo han hecho con anterioridad, pero este libro incluye una pizca de fino humor, añade una cucharadita de malicia y un buen chorreón de recuerdos sobre los bares y restaurantes en los que probar las recetas sin mancharse las manos.
El libro cuenta además con la colaboración de reconocidos escritores como Luis Felipe Campuzano, Luis Miguel Rufino e Isabel González Turmo, otros que desarrollan proyectos relacionados con la gastronomía (Jaime Gastalver y Lilian Weickert) e incluso algún novel como Ernesto Pérez Solano.
Las ilustraciones de Carlota Weickert y su cuidada encuadernación nos invitan a una lectura calmada que permite encontrar, escondidos en sus versos, detalles que el buen paladar apreciará.
Autor
Ricardo Arjona Antolín, ingeniero industrial y escritor aficionado que debuta con picadores publicando Recetario Sevillano, poemario en el que aborda el arte culinario, que confiesa desconocer, arrastrado por las musas y navegando por el mar de sus recuerdos. Como él mismo dice, un ingeniero poeta es como un sacrílego creyente, algo difícil de conjugar pero que a veces sorprende.
La editorial Maratania está especializada en libros de temática religiosa, artística y sevillana, con formato muy cuidado y bella encuadernación.
Por Julián Aguilar – Diario de Sevilla
…Tras la vuelta del verano reabrió sus puertas, tras no sé cuánto tiempo cerrado, el hotel Colón, del que obviamente no soy accionista, que ya saben no me apellido Escarrer. Esa apertura, aunque sorprenda a los fervientes antituristas, implica que vuelve a haber una parada de taxi en la puerta, los bares de los alrededores se llenan mucho más, hay más vida y más luz en la zona…, aunque algunos nos sintamos decepcionados porque no hemos podido volver a tomar un dry martini en su bar una vez más. Pero el bar del hotel Mercer suple con entusiasmo esta carencia, con una -supongo que debo decir- barwoman con una vida digna de ser biografiada pese a su juventud.
Es reconfortante el placer de charlar con cuatro o cinco amigos, disfrutar dos cócteles clásicos y recordar los mejores libros leídos últimamente. Ciñéndonos a obras de autores cercanos, alguno de los concurrentes, aficionado a pucheros y literatura, comentó el Recetario Sevillano. La visión de un inepto en la cocina, de Ricardo Arjona, publicado por la encomiable editorial sevillana Maratania, cuya supervivencia en el mundo actual es prueba incontrovertible del esfuerzo de Juan Pablo Navarro y de que los milagros existen. Otros nos decantamos por Mensaje sobre mi lápida: sin aliento, en que Joaquín Correa equilibra realidad y ficción, vida y obra, de la inverosímil Lucía Berlin, editado por Célebre. Hay quien comenta la quinta novela de Luis Felipe Campuzano, El Estuario de Gerión, sobre arqueología y delitos, Tartessos, Sanlúcar de Barrameda y la Atlántida.
Que aún se pueda hablar con tranquilidad y no de fútbol ni política, beber un buen dry martini y llegar tranquilamente a cenar a casa a una hora prudente demuestra que todavía hay resquicios de civilización. Que aún hay esperanza.
Presentación de “Recetario Sevillano”. Un inepto en la cocina
Por Come en Casa
La sede de la Fundación Valentín de Madariaga ha acogido hoy una presentación literario-gastronómica muy especial. Un libro breve pero no pequeño bajo el título “Recetario Sevillano”, un inepto en la cocina, de Ricardo Arjona (Editorial Maratania).
La obra dedica un poema a las recetas más famosas de la gastronomía sevillana, con un capítulo final de sobremesa en el que intervienen con sus versos y textos una serie de prestigiosos amigos.
“Recetario Sevillano” es un poemario con metáforas, es jocoso, bromista, al estilo del autor, en lo que supone un paseo por la memoria.
Uno de los intervinientes en el acto, Julio Moreno Ventas, presidente de la Academia Sevillana de Gastronomía y Turismo, se refirió a una serie de autores que hicieron poesía gastronómica, incluyendo algún alimento en sus citas de más éxito. En Recetario Sevillano, ocurre al revés; las recetas se hacen poesía, con un recorrido por los bares emblemáticos de Sevilla. Baltasar Alcázar, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Miguel Hernández y Borges, entre otros, han dedicado versos a la gastronomía. Y de ellos surge la frase de que más que la abundancia de alimentos, lo más importante es la reunión de amigos en la sobremesa, que, en palabras de la antropóloga Isabel González Turmo, allí presente, es “el arte de ser deliciosamente ineficaz”.
El autor, Ricardo Arjona, indicó que el libro surgió por puras ganas de escribir y también porque las “musas”, caprichosas ellas, le fueron a visitar. Previamente, en aquella ocasión, surgió un verso hecho a una salsa. Entonces decidió escribir además sobre los dulces de los conventos de Sevilla, concretamente a una torrija, y así sucesivamente, a diferentes platos. Para Arjona, el libro ha sido una gran experiencia, y piensa continuar con su literatura.
Los versos de Ricardo Arjona para este libro llevan diferentes métricas, están llenos de ingenio y emoción, demostrando lo sentimental del autor, al tratar los sitios o bares en dónde encontrar estos platos y tapas (Desde Triana hasta San Bernardo). Todo ello en clave de humor, de sátira y de elegancia, humor fino en suma.
Varios de los participantes recitaron poemas del libro, con la entonación propia de nuestro barroco, algo muy original.
El acto finalizó con una tertulia a modo de sobremesa, con los participantes del último capítulo del libro, y un final musical con flauta y clarinete, en un popurrí de temas clásicos relacionados con los nombres de los bares y los barrios en dónde se sitúan los distintos platos.
Un acto divertido y original entre amigos, amantes de la gastronomía y la poesía. Y una obra más para nuestra biblioteca de gastronomía sevillana.