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La Belleza paseaba por el Barrio de Santa Cruz – 176

barrio santa cruzPaseaba por el barrio de Santa Cruz a una hora en que el bullicio curioso se apodera de él y que obliga a alzar la vista para contemplar algo de belleza en soledad. Sin embargo, más a ras de tierra, se produjo la visión y contemplé una hermosura sin igual. Los vi y me quedé prendado, su atractivo me pareció infinito. Los dos irradiaban, como si fuesen uno solo, una profunda pureza, un hondo amor, un mesurado y exquisito equilibrio.
Quise decirles que eran bellos pero no me atreví. Tímidamente, los seguí por las callejuelas del barrio y, como ladrón, les hurtaba fotos por la espalda. La armonía de sus gestos, el andar unísono y sus espíritus ligados prendaban mi mirada.
Los seguí, sí, los seguí, y cuando los dejé -tú me dirás que eran sólo dos enanos- sentí que Paris y Elena, majestuosos, se alejaban, habiéndome regalado, aunque en breve éxtasis, la contemplación de la absoluta Belleza.

Juan Pablo Navarro
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Casas sevillanas del XVI y del XVII

La casa de los Pinelos (III) y Jerónimo Pinelo

La Casa de los Pinelos (IV) y Lorenzo Suárez de Figueroa

La Casa de los Pinelos (IV) y Lorenzo Suárez de Figueroa

Descripción del Campanario de la Giralda – 175

La GiraldaEl GiraldilloEl conjunto renacentista de Hernán Ruiz que corona la torre lo constituye, en primer lugar, el Cuerpo de Campanas, que mantiene la misma anchura que el cuerpo bajo del antiguo alminar, formando un único prisma con él. Se inicia con un pretil de piedra en donde los espacios entre sus trece pilastrillas se decoran con azulejos negros de variadas formas. Sobre éste se levantan pilares de ladrillo que forman cinco huecos por cada cara, cubierto el central por un arco y por dinteles el resto y, sobre cada uno de éstos, un óculo. Por encima, un pretil calado sobre el que se sitúan una serie de fanales y jarrones a los que se conoce popularmente como carambolas. En cada esquina se coloca una campana pétrea y, sobre ésta, una esfera de bronce con los tallos de azucenas que simbolizan al Cabildo Catedral (añadidos estos últimos en 1751).
El siguiente es el Cuerpo del Reloj, ya con una anchura inferior, donde se aloja la campana de 1400 y en cuyo friso aparece el siguiente epígrafe “TURRIS FORTISSIMA NOMEN DNI PROBERBI8”, tal como recoge el proverbio 18: Torre fortísima es el nombre del Señor.
Tras éste, el Cuerpo del Pozo con ocho pilares decorados con los característicos azulejos negros.
Por último, el Cuerpo Redondo de características formales parecidas al anterior y que sirve de inmediata base a la veleta.
La singular veleta, elegante, majestuosa y hermosa, la dibujó probablemente Luis de Vargas, la modeló Juan Bautista Vázquez “el Viejo” y la fundió al bronce Bartolomé Morel. Es una de las más bellas creaciones del Renacimiento español y traslada el modelo mitológico de Palas Atenea a una cristiana Fe, Triunfo de la Iglesia. Es el famoso Giraldillo al que con humor describe Cervantes en boca del Caballero del Bosque en su Don Quijote: “Una vez me mandó que fuese a desafiar a aquella famosa giganta de Sevilla llamada Giralda, que es tan valiente y fuerte como hecha de bronce, y sin mudarse de un lugar es la más movible y voltaria mujer del mundo. Llegué, vila y vencila, y hícela estar queda y a raya, porque en más de una semana no soplaron sino vientos nortes”.

Juan Pablo Navarro
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Galería de la casa de los Pinelos con retratos de la familia

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casa sanchez dalbo

La Casa de los Sánchez Dalbo

Paseando por la Iglesia de San Jorge (La Caridad) – 174

Durante estos días he ido añadiendo a mi album de facebook, “Paseaba por Sevilla”, fotos de la admirable iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad, obra maestra del barroco europeo. Os las agrupo aquí junto a los comentarios que las acompañaban.

El Hospital de la Caridad, “remedio y amparo de los pobres, nuestros hermanos”.

El Hospital de la Caridad, “remedio y amparo de los pobres, nuestros hermanos”.

 San Jorge,espejo de la caballería, romano y cristiano, que lanceas al dragón pagano, idolátrico e hijo de Satanás, escucha a Amadís, Tirante y Don Quijote que te invocan para que resurja el nesesario ejercicio de caballero, socorro de necesitados, de viudas y de huérfanos.

San Jorge,espejo de la caballería, romano y cristiano, que lanceas al dragón pagano, idolátrico e hijo de Satanás, escucha a Amadís, Tirante y Don Quijote que te invocan para que resurja el nesesario ejercicio de caballero, socorro de necesitados, de viudas y de huérfanos.

 "Si tuviéramos delante la verdad, ésta es, no hay otra, la mortaja que hemos de llevar, viéndola todos los días, por lo menos con la consideración de que has de ser cubierto de tierra y pisado de todos, con facilidad olvidarías las honras y estados de este siglo; y si consideraras los viles gusanos que han de comer ese cuerpo, y cuán feo y abominable ha de estar en la sepultura, y cómo esos ojos que están leyendo estas letras han de ser comidos de la tierra, y esas manos han de ser comidas y secas (...). Mira una bóveda: entra en ella con la consideración, y ponte a mirar a tus padres o a tu mujer (si la has perdido) o los amigos que conocías: mira qué silencio. No se oye ruido; sólo el roer de las carcomas y gusanos tan solamente se percibe. Y el estruendo de pajes y lacayos ¿dónde están? Acá se queda todo: repara las alhajas del palacio de los muertos, algunas telarañas son. ¿Y la mitra y la corona? También acá la dejaron". Miguel de Mañara - Discurso de la Verdad

«Si tuviéramos delante la verdad, ésta es, no hay otra, la mortaja que hemos de llevar, viéndola todos los días, por lo menos con la consideración de que has de ser cubierto de tierra y pisado de todos, con facilidad olvidarías las honras y estados de este siglo; y si consideraras los viles gusanos que han de comer ese cuerpo, y cuán feo y abominable ha de estar en la sepultura, y cómo esos ojos que están leyendo estas letras han de ser comidos de la tierra, y esas manos han de ser comidas y secas (…). Mira una bóveda: entra en ella con la consideración, y ponte a mirar a tus padres o a tu mujer (si la has perdido) o los amigos que conocías: mira qué silencio. No se oye ruido; sólo el roer de las carcomas y gusanos tan solamente se percibe. Y el estruendo de pajes y lacayos ¿dónde están? Acá se queda todo: repara las alhajas del palacio de los muertos, algunas telarañas son. ¿Y la mitra y la corona? También acá la dejaron».
Miguel de Mañara – Discurso de la Verdad

Maratania Edición Diseño Maquetación 30 de octubre · Editado "Repara la diversidad de Santos que ocupan las faldas de este santo monte, y por subir a su cumbre con más ligereza, cómo se van desnudando de todo lo que les hace estorbo para subir a lo alto. Mira aquel Rey arrojando la corona; al otro poderoso el dinero; el letrado los libros; el soldado las armas; y todo lo que les embaraza el camino es despreciado de su denuedo" Miguel de Mañara - Discurso de la Verdad

«Repara la diversidad de Santos que ocupan las faldas de este santo monte, y por subir a su cumbre con más ligereza, cómo se van desnudando de todo lo que les hace estorbo para subir a lo alto. Mira aquel Rey arrojando la corona; al otro poderoso el dinero; el letrado los libros; el soldado las armas; y todo lo que les embaraza el camino es despreciado de su denuedo»
Miguel de Mañara – Discurso de la Verdad

Dicen, si ven la soberbia en las alhajas y en la grandeza y ostentación, que el estado lo pide. Si no dan limosna, que primero es pagar las deudas. Si no las pagan, que el sustento de la casa por ley natural lo prohíbe. Si están en la iglesia irreverentes, que no se ha de mostrar la virtud en cosas exteriores. Si no frecuentan los sacramentos, que es reverencia a tan Alta Majestad. Si es glotón y regalado, que no hace daño lo que entra por la boca sino lo que sale por ella. Si come carne y no ayuna, es por una enfermedad que tuvo ahora 40 años y para no tener ninguna hasta que se muera, que la prudencia es madre de las virtudes. Si va a la comedia, que es acto indiferente. Si es usurero, que el uso de las tierras hace leyes. Si es simoníaco, que no toma dinero si no lo recibe. Si vende la justicia, que hay leyes para todo. Si esta amancebado, es pecado de flaqueza. Si homicida, que en el primer ímpetu no hay pecado. Si ladrón, la extrema necesidad carece de ley. Si es desbaratado y loco, que la virtud de la tropelía lo permite. Discurso de la Verdad - Miguel de Mañara

Dicen, si ven la soberbia en las alhajas y en la grandeza y ostentación, que el estado lo pide. Si no dan limosna, que primero es pagar las deudas. Si no las pagan, que el sustento de la casa por ley natural lo prohíbe. Si están en la iglesia irreverentes, que no se ha de mostrar la virtud en cosas exteriores. Si no frecuentan los sacramentos, que es reverencia a tan Alta Majestad. Si es glotón y regalado, que no hace daño lo que entra por la boca sino lo que sale por ella. Si come carne y no ayuna, es por una enfermedad que tuvo ahora 40 años y para no tener ninguna hasta que se muera, que la prudencia es madre de las virtudes. Si va a la comedia, que es acto indiferente. Si es usurero, que el uso de las tierras hace leyes. Si es simoníaco, que no toma dinero si no lo recibe. Si vende la justicia, que hay leyes para todo. Si esta amancebado, es pecado de flaqueza. Si homicida, que en el primer ímpetu no hay pecado. Si ladrón, la extrema necesidad carece de ley. Si es desbaratado y loco, que la virtud de la tropelía lo permite.
Discurso de la Verdad – Miguel de Mañara

 “… antes de entrar Cristo en la Pasión hizo oración y a mí me vino el pensamiento que sería esta la forma como estaba. Y así lo mandé hacer porque así lo discurrí.” Actas de la Caridad - Miguel de Mañara

“… antes de entrar Cristo en la Pasión hizo oración y a mí me vino el pensamiento que sería esta la forma como estaba. Y así lo mandé hacer porque así lo discurrí.”
Actas de la Caridad – Miguel de Mañara

 ¡Cómo acucia ese dedo que señala y esa mirada esquiva¡ "Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo" Sam Mateo 5, 11-12

¡Cómo acucia ese dedo que señala y esa mirada esquiva¡
«Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo» Sam Mateo 5, 11-12

Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: "He aquí al hombre" (Juan 19.5) Escultura del Ecce Homo, realizado en barro cocido y policromado, obra de la escuela granadina y atribuible a los hermanos Francisco y Miguel García y realizada a principios del siglo XVII.

Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: «He aquí al hombre» (Juan 19.5)
Escultura del Ecce Homo, realizado en barro cocido y policromado, obra de la escuela granadina y atribuible a los hermanos Francisco y Miguel García y realizada a principios del siglo XVII.

recreemos en ellos sino para que miremos al altar mayor. Pero, aún asi,¡qué hermosos son¡

Los ángeles lampadarios no están para que nos recreemos en ellos sino para que miremos al altar mayor. Pero, aún asi,¡qué hermosos son¡¡

 El altar mayor de la Caridad. Simplemente, la cumbre del retablo barroco. Simplemente, la culminación del discurso de Miguel de Mañara. La más alta cima de Pedro Roldán y Bernardo Simón de Pineda.

El altar mayor de la Caridad. Simplemente, la cumbre del retablo barroco. Simplemente, la culminación del discurso de Miguel de Mañara. La más alta cima de Pedro Roldán y Bernardo Simón de Pineda.

 Bella tristeza, serena muerte

Bella tristeza, serena muerte

Y Cristo "descendió a los infiernos", es decir, compartió nuestra obligada muerte. Retablo Mayor de la Caridad - Pedro Roldán

Y Cristo «descendió a los infiernos», es decir, compartió nuestra obligada muerte.
Retablo Mayor de la Caridad – Pedro Roldán

San Jorge de Capadocia, de pie, sin caballo, efebo barbiilampiño, victorioso del dragón

San Jorge de Capadocia, de pie, sin caballo, efebo barbiilampiño, victorioso del dragón

 Si el ángel lampadario nos señaló el altar mayor para que presenciásemos la muerte de Cristo, ahora nos lleva la mirada al cielo.

Si el ángel lampadario nos señaló el altar mayor para que presenciásemos la muerte de Cristo, ahora nos lleva la mirada al cielo.

Por una extraña manera mil vuelos pasé de un vuelo, porque esperanza de cielo tanto alcanza cuanto espera; esperé sólo este lance. Y en esperar no fui falto, pues fui tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance. (San Juan de la Cruz)

Por una extraña manera
mil vuelos pasé de un vuelo,
porque esperanza de cielo
tanto alcanza cuanto espera;
esperé sólo este lance.
Y en esperar no fui falto,
pues fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
(San Juan de la Cruz)

Juan Pablo Navarro
Maratania
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la casa de los pinelos en sevilla 360º de Maratania

La casa de los Pinelos

Sebastián Elcano, 46, un edificio para el cine – 172

En la vida de muchos edificios sevillanos, el tiempo les ha hecho cambiar de uso: palacio-casa de vecinos-apartamentos es un ejemplo típico. Sin embargo, este edifcio situado en Sebastián Elcano esquina con Virgen de la Cinta es un caso singular. Y es así porque, despues de muchos años de completo abandono, se ha convertido en plató de cine.
sec 46
Todo empezó en el año 2012 cuando aparecieron carteles en las calles adyacentes advirtiendo de que se iba a rodar una película y que se acotaría la zona de aparcamiento. Al tiempo, el vecindario comprobó que era cierto y que en ese edificio olvidado se estaba rodando.  Era para una película del director sevillano Santiago Amodeo, quien sorprendió hace ya unos años, junto a Alberto Rodríguez, con su original El Factor Pilgrim y a la que siguieron Astronautas y Cabeza de Perro. Fue, precisamente, para su última película, ¿Quién mató a Bambi?, cuando se rodaron escenas en este edificio.
sec 46 2
Parecía que todo quedaría ahí pero durante todo este mes se ha estado rodando la nueva película de Paco León: Carmina y Amén. Y la cosa sigue, pues ota película, Asesinato Perfecto, se ha puesto en cola. Así que parece que tenemos un edificio para el cine por mucho tiempo.

Juan Pablo Navarro
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Dibujo de Joaquín Guichot de la casa de los Marqueses de Algaba

La casa de los Pinelos

Luis Cernuda y José María Izquierdo – 171

El pasado cinco de noviembre fue el cincuenta aniversario de la muerte de Luis Cernuda. Su nombre evoca al exilio,  a la soledad, a la incomprensión. Esta profunda experiencia de huída hacia dentro y hacia fuera se traslada a su breve retrato de José María Izquierdo escrito en su introspectivo Ocnos. En él refleja a cuantos sevillanos portan la pesada carga de su condición de tales, solos e incomprendidos a cambio de un gozo inefable, permaneciendo en esta Sevilla en la que Izquierdo «tiraba a la calle su talento»
Cernuda, ignorante de sus razones, se preguntaba:»¿Por qué se obstinó alicortado en su rincón provinciano, pendón de bandería regional para unos cuantos compadres que no podían comprenderle?». Y se respondía que «todo fue causa de un error de amor» pero, al concluir, reconoce que quizá «tal vez gozó gloria mejor y más pura que ninguna».

jose maria izquierdo y luis cernuda

Luis Cernuda (Sevilla, 1902 – México, D.F., 1963) y José María Izquierdo (Sevilla, 1886 – Sevilla, 1921)

Desde que leí Ocnos, me he preguntado qué movió a Cernuda a publicar en 1942 este retrato (el único capítulo que titula con nombre y apellidos) del autor de «Divagando por la Ciudad de la Gracia» que había muerto veintiún años antes. Obviamente no tengo respuesta pero se me ocurre que pueda ser algo parecida al final del relato de Borges, «Los Teólogos», en el que los dos protagonistas son para Dios el mismo hombre y que, quizá, para Cernuda, José María Izquierdo hubiera sido él mismo si no hubiese escapado de la ciudad que odiaba y amaba, de esta ciudad de corazones vacíos o de gozos azules que llamamos Sevilla
Y puede que, en realidad, a muchos sevillanos no les quepa otra que ser Izquierdo o Cernuda, convivir con los corazones vacíos o añorar los gozos azules. Y quizá, a los demás, sólo nos quepa ser corazones huecos que, de cuando en vez, alcazamos un efímero gozo.

Juan Pablo Navarro
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El encuentro de León Magno con Atila - Rafael Sanzio, 1513-1514

El Caballo Español en los Museos Vaticanos desde 1514

jugar al fútbol

Viva el fútbol y viva la mística

Casas Sevillanas de Teodoro Falcon

Cassas de su morada (Juan Cartaya)

Portada de Casas Sevillanas desde la Edad Media al BarrocoJuan Cartaya Baños, Doctor en Historia Moderna, profesor, investigador y autor de Para ejercitar la maestría de los caballos. La nobleza sevillana y la fundación de la Real Maestranza de Caballería en 1670, ha publicado, en su muy recomendable bitácora –Aristocracias-, este artículo sobre nuestro libro: Casas Sevillanas desde la Edad Media hasta el Barroco:
«Estando en las cassas de su morada…», esta fórmula habitual al comienzo de los documentos redactados por los escribanos públicos, que quienes nos dedicamos a estas lides historiográficas estamos más que acostumbrados a encontrarnos en los documentos que manejamos (por ejemplo, en los protocolos notariales), me hacen traer a este su blog una nueva entrada, dedicada a estas «casas de morada», a las viviendas aristocráticas, en suma, y que para abrir boca dedicaré hoy a algunas de mi ciudad, Sevilla, con la colaboración indispensable -y espero que voluntaria, porque no he llegado a pedírsela siquiera- de mi buen amigo Juan Pablo Navarro, meticuloso editor, propietario y factótum (de fac-totum: lo hace todo) de la editorial sevillana MARATANIA, a cuyo delicioso libro sobre el tema remito, además de a su cuidado blog, del que ahora aportaré algunos enlaces.
Muestra de casas sevillnas desde el Barroco hasta la Edad Media ©Maratania
La casa compone una parte relevante del patrimonio nobiliario: la “casa poblada”, las “cassas de su morada”, el solar familiar en suma, que podía hallarse tanto en la villa cabeza del señorío o bien en la ciudad, el lugar en donde –finalmente- terminan, nacen, se hacen y deshacen los linajes en la Edad Moderna. Linajes cuya presencia en las ciudades se asociaba al haber estado, desde tiempo inmemorial, asentados en determinadas calles o collaciones. Estas viviendas, que en el caso de Sevilla comenzaron a adaptarse al gusto italiano en el siglo XVI, son el escaparate en donde la familia exhibe su riqueza, su gusto y su poder, recogiendo un precedente muy caro al mundo helenístico y grecolatino. Antes del XVI, sin embargo, hay en la ciudad ejemplos extraordinarios de grandes mansiones palaciegas habitadas por importantes familias, como es el caso de los Stúñiga en el hoy palacio de Altamira o el caso de los Ponce de León en su gran palacio de la collación de Santa Catalina. Sin embargo, será el modelo italianizante el más imitado a la hora de levantar las grandes casas de las que se admiraba el cronista Alonso de Morgado, siguiendo el ejemplo de viviendas como la de los Pinelo: una gran fachada coronada por un balcón representativo o por una loggia; ventanas enrejadas abiertas a la fachada; apeadero, patio de honor y jardín trasero o segundo patio para uso íntimo. Este modelo se repetirá desde la Casa de Pilatos –el palacio de los duques de Medinaceli- hasta Dueñas, el palacio de los duques de Alba. Se verá seguido por otras grandes casas-palacio, tal vez no tan amplias y extensas como las dos últimas mencionadas, pero sí de gran representatividad, tales como -por ejemplo- la de los Domonte o la de los Mañara. La primera, propiedad de Juan de la Fuente Almonte y sita en la collación de San Vicente –conocida hoy como palacio de Monsalud- la adquirió en la almoneda de los bienes de don Gaspar de Monteser, caballero de Santiago y tesorero de la Casa de la Contratación, institución a la que había defraudado grandes sumas: este a su vez la había heredado de su suegro, don Rodrigo de Tapia, adquiriéndola Tapia en 1620 a los herederos de Diego Ochoa y Constanza del Canto, sus propietarios documentados en 1516. Almonte la compró por 14.000 ducados de plata en 1631, y le haría mejoras y reformas por valor de otros 6.000. Entre las mejoras, una nueva portada –que no es la conservada actualmente, reformada por los marqueses de Villamarín, descendientes de Fuente Almonte, en el siglo XVIII- y las dos grandes piedras armeras de los Domonte y los Verástegui, esculpidas por el cantero Martín de Anitua. La gran casa, de dos plantas, apeadero, caballerizas, dependencias para el servicio, escalera principal y tres patios, destaca aún hoy por su imponente aspecto: era, sin duda, un espléndido estuche para conservar en su interior los valiosos bienes muebles que poseía. Almonte –que en los últimos años de su vida murió endeudado y hubo de vender, para subsistir, varios de sus bienes que no estaban vinculados a su mayorazgo- guardaba en su casa un valioso servicio de plata, diversos cuadros de temática religiosa (San Francisco, San Pedro y San Pablo, Santa María, la Pura y Limpia Concepción, Santa Ana y la Virgen, la Virgen de la Antigua, San Miguel) y profana (veinticuatro de una serie de antiguos emperadores romanos con sus consortes; nueve de reyes y príncipes de España hasta don Baltasar Carlos, diversos paisajes y bodegones, algunos de ellos posiblemente flamencos) hasta un total aproximado de sesenta, una –para la época- nutrida biblioteca, un oratorio lujosamente dotado con diversos cuadros, imágenes y láminas (Nuestra Señora, San José y el Niño Jesús; Santa Inés; un Crucificado; San Cristóbal; una talla de una Inmaculada y otra de un Crucificado, otras dos en mármol de San Juan Bautista y de Nuestra Señora), además del frontal de altar y otros ornamentos sagrados. A ello hay que sumar los muebles y adornos de la casa, algunos de valor, como un escritorio de ébano y marfil y varias piezas de porcelana china. Un magnífico estuche, sin duda, para tanta joya.
casa de las dueñas 4
Como prometí, paso algunos enlaces al blog de Maratania para su goce y regodeo visual e intelectual, apreciando cómo fueron algunas de estas casas de la aristocracia sevillana de los siglos XVI, XVII y XVIII (hay también alguna entrada dedicada a alguna vivienda del XIX). Aquí van: otras casas sevillanas del s. XVI y XVII, la casa de los Levíes o del Correo Mayor, Dueñas, AlgabaVillapanés, Casa Galindo, Vallehermoso y Santa Coloma… y tantas otras, pero para disfrutarlas en su totalidad, les aconsejo que se hagan con el libro. A mi me lo regalaron las pasadas Navidades, y tiene desde ese momento un sitio privilegiado en mi biblioteca.

JUAN CARTAYA BAÑOS»

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Desde aquí, sólo me queda dar las gracias públicas al doctor Cartaya.

Juan Pablo Navarro
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Dos sedes dos para "Joselito y Belmonte, una revolución complementaria, 1914-1920" – 169

SIN LOGOS JOSELITO Y BELMONTESe imaginan coger el colchón de su cama, pasearlo en penitencia por las calles de Sevilla y empeñarlo en el Monte de Piedad con la imperante e inobjetable necesidad de no perderse la memorable corrida -qué quizá fuese la última, porque no hay remedio, tenlo por seguro, porque a Juan lo matará un toro- que el «Pasmo de Triana», don Juan Belmonte García, toreará en la Maestranza. Pues así hacía más de un sevillano y más de dos y de tres en esos principios de siglo en que media España era de Belmonte y la otra media de su amigo Joselito
Y así, ¿como podía ser de otra manera?, en dos sedes dos, se inauguró, promovida por el ICAS, el pasado 15 de octubre en el espacio Santa Clara y en el Castillo de San Jorge, la exposición «Joselito y Belmonte, una revolución complementaria, 1914-1920».
Y no empeñen su colchón , que no hace falta, pero, al menos, procesionen y recuperen la memoria de esa España, de esa Sevilla mágica, la de nuestros apasionados abuelos, y admírensen y pásmensen con la historia de Juan y de José, dos rivales que se querían.

Juan Pablo Navarro
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Nacho Vegas y el himno del centenario

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La casa del rey moro en Sevilla 360º de Editorial Maratania

La Casa del Rey Moro, la más antigua de Sevilla

Casas Sevillanas de Teodoro Falcon

Reseña de nuestro libro Casas Sevillanas en el Archivo Español del Arte

En el último número del Archivo Español de Arte, se ha publicado una reseña de nuestro libro Casas Sevillanas desde la Edad Media hasta el Barroco firmada por Fernando Cruz Isidoro, Profesor Titular de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla:
Portada de Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco
————-
«Este libro culmina felizmente la larga trayectoria de investigación de su autor, Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, sobre la arquitectura palacial sevillana, iniciada tempranamente en 1977 con “Palacio de las Dueñas” y “Colección Osuna”, en Museos de Sevilla. Patrimonio Nacional, y continuada a lo largo de varias décadas, fruto de su intensa investigación documental de archivo y de estricto análisis formal en el contexto de la evolución histórica de la arquitectura civil bajoandaluza. Muestra de ello fueron: El Palacio de San Telmo (1991); El Palacio Arzobispal de Sevilla (1997); El Palacio de las Dueñas y las casas-palacio sevillanas del siglo XVI (2003); La Casa de Jerónimo Pinelo, sede de las Reales Academias Sevillanas de Buenas Letras y de Bellas Artes (2006); o “Mármoles de talleres genoveses en las Casas-palacio de Andalucía occidental en el siglo XVI”, en Creación artística y mecenazgo en el desarrollo cultural del Mediterráneo en la Edad Moderna (2011). Temática que difunde en los Cursos de Doctorado y Master de la Hispalense. En esta ocasión, se aborda por primera vez el estudio integral de las casas-palacio sevillanas, logrando dar una visión de conjunto que faltaba, pues abarca desde la casa medieval a la barroca. Analizando documental y formalmente quince edificios, que desmenuza pormenorizadamente, el libro parte de una Introducción, donde realiza una valoración bibliográfica sobre esta temática desde el s. XIX al XX, para luego estructurarse en tres apartados: la casa-palacial medieval, la casa-palacial renacentista y la casa-palacial barroca. Antes de estudiarlas, las enmarca convenientemente en la Sevilla del momento, para lo que describe de forma general cómo evoluciona la ciudad en cada uno de esos periodos, abarcando la estructura social, con especial interés en la aristocracia y clases dirigentes, a las que iban destinadas estas viviendas, pero sin descuidar los rasgos económicos, demográficos u otros generales, para luego incidir más abundantemente en la arquitectura y el urbanismo del que estos inmuebles formaban parte. De gran interés son los caracteres generales que resalta de la tipología de casa-palacio de cada una de esas etapas (medieval, renacentista y barroca), fruto de su conocimiento y capacidad de síntesis, para luego pasar a estudiar concienzudamente cada ejemplo, donde tienen cabida los materiales constructivos, planta, fachadas, torres, patios, escaleras, salones, cubiertas, jardines, y la decoración (pinturas, yeserías, escudos nobiliarios, enlucido…), todo enmarcado por la historia de su proceso constructivo, con los diferentes mecenas, dueños y usos que el inmueble ha tenido a lo largo de su historia. De época medieval se estudian cuatro casas, partiendo del Palacio mudéjar de Pedro I en el Alcázar, verdadero ejemplo para la arquitectura doméstica palacial hasta bien entrada la modernidad, seguida del Palacio de Altamira, la Casa del Rey Moro y Casas Sevillanas - Maratania casa de PilatosPalacio de los Marqueses de la Algaba. Observa cómo son de uno o dos pisos, faltos de uniformidad y simetría, tanto en planta como alzados, de fábrica de tapial, ladrillo enlucido o agramilado, cubiertas con armaduras de madera y abovedadas las capillas, de fuerte introspección, con pocos huecos al exterior y asimétricos, aspecto laberíntico, y una organización que desde la casa-puerta conducía a establos, cochera, bodega y a la planta alta, como zona noble. Espacio ordenador resulta el patio principal, con acceso en recodo con dos o más galerías sobre pilares de ladrillos achaflanados, de arcos entre semicírculo y apuntados en el inferior y rebajados o angrelados en el superior.
De la etapa renacentista estudia cinco inmuebles: la Casa de Pilatos, el Palacio de la Dueñas, la Casa Almansa (Mañara), la Casa de Jerónimo Pinelo y el Alcázar renacentista. Concluye que no son realizadas bajo un concepto unitario, sino fruto de remodelaciones a lo largo de varios siglos, resolviendo la manifiesta complejidad de la que hacen gala. Partiendo de la casa-mudéjar, y de nuevo con los ojos puestos en la renovación renacentista de los Reales Alcázares, estas casas se abren al exterior con fachadas trazadas con mayor simetría, destacando el uso de mármoles, tanto para la portada de ingreso, descentrada, como para las pandas de columnas del patio claustrado, que sustituyen los viejos pilares de ladrillo, sostenedores de arcos peraltados en planta baja y escarzanos en la alta. Sus salas, rectangulares (palacios) y cuadradas (cuadras) se cubren con armaduras (de artesones o alfarjes con motivos geométricos de lacería y paños de mocárabes), y no suele faltar el gran volumen de la caja de escalera de tipo claustral de un tiro. La decoración es a base de yeserías, azulejos de arista de cerámica vidriada, blasones heráldicos y pinturas murales de temática geométrica y humanista.
Casas Sevillanas - Maratania Casa de las DueñasSeis son las casas-barrocas elegidas: Palacio Arzobispal; Museo-palacio de la Condesa de Lebrija; Casa Bucarelli (Santa Coloma); Casa de los Villa, Casa del Almirante López-Pintado (Villapanés); y Casa de Benito del Campo. Resultan en su mayoría casas prexistentes, que se renuevan, acercando la zona residencial más a la calle, a la crujía de fachada. Suelen presentar fachadas de dos plantas y, a veces, ático; portada de rica ornamentación con balcón sobrevolado con guardapolvo; gran número de vanos al exterior articulados por pilastras; una torre-mirador en ángulo; decoración de esgrafiados y pinturas murales geométricas; patios con arquerías semicirculares en ambas plantas, o cerradas en la superior con balcones entre pilastras; bóvedas de yeserías, etc. El aparato científico se refleja en una amplia bibliografía consultada.
Todo ello con una redacción amena, magníficamente ilustrada con más de 230 fotografías a color de gran calidad y de estética muy lograda, fruto de la labor de Juan Pablo Navarro, en el contexto de una novedosa edición, diseñada por Maratania, con amplios pies de fotos que permiten desarrollar con su simple lectura una visión paralela de la obra. Su amplio formato (30 x 34 cm) y su encuadernación en Tamposer (cartoné fotográfico) enmarcan convenientemente la obra.
En definitiva, estamos ante un libro novedoso por lograr una visión general de la tipología de la Casa-palacio sevillana, basada en una amplia experiencia de investigación y publicación al respecto de su autor, que puede resultar de interés al investigador, por su texto científico, y al público en general, por sus amplios resúmenes y abundante reportaje fotográfico.

FERNANDO CRUZ ISIDORO
Universidad de Sevilla

Casas Sevillanas - Sevilla en el siglo XVI

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Desde esta aquí, sólo me queda dar las gracias públicas al profesor Cruz Isidoro por esta completa reseña.
Juan Pablo Navarro
Maratania
Edición. diseño, maquetación y servicios editoriales – Sevilla
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