En el solar en que se construyó la casa de los Pinelos había estado la casa del gran visir en tiempos de la taifa de Sevilla y, tras la reconquista, fue vivienda de personajes principales vinculados a los reyes. A mediados del XV, pertenecía al Abad Fernando González (de quien se deriva el nombre de la calle: Abades) de quien pasaría a Francisco Pinelo quien construiría la casa que hoy conocemos.
Francisco Pinelo (Génova, ? – Sevilla, 1509) llegó a Sevilla en fecha incierta, tras su paso por Valencia, como agente de la banca genovesa. El Consulado de Génova era el más importante entre los extranjeros que se encontraban en Sevilla y, tras el Descubrimiento, su situación fue privilegiada. Entre sus componentes se encontraban personajes tan importantes como Tomás Mañara, Corzo Vizentelo y el propio Francisco Pinelo.
Francisco Pinelo estableció fuertes lazos con la aristocracia sevillana y con los reyes, de los que fue fiel ejecutor, ofreciendo su apoyo financiero para sus empresas. Prestó, así, a los Reyes Católicos dinero para la guerra de Granada y para el destierro posterior de Boabdil; trascendental fue su apoyo en los dos primeros viajes de Colón, a quien le unía una gran amistad (téngase en cuenta la muy probable procedencia genovesa de éste). Mantuvo, a su vez, una gran actividad comercial que se trasladaría al Nuevo Mundo tras su descubrimiento.
Su principal obra fue el impulso que dio a la Casa de la Contratación, siendo redactor de sus estatutos inspirados en los de Génova. Tenía como misión el control del monopolio del trafico con las Indias y se mantuvo en Sevilla hasta su traslado a Cádiz en 1717. Su gobierno era tripartito y sus tres principales cargos fueron el jurado Francisco Pinelo, el tesorero Sancho de Matienzo y el contador de la armada de Indias Jimeno de Bribesca
Volviendo a la casa de los Pinelos, en ella queda constatada la propiedad en la profusión de escudos de la familia que se encuentran en el artesonado de sus dependencias y, especialmente, en la galería de retratos que se encuentran en el patio y que serían de la familia de Francisco Pinelo. Visitando a nuestro ilustre vecino Eduardo Ybarra, que había colaborado con nosotros cuando Maratania publicó Sevilla, una mirada en el Tiempo, me comentó que había localizado entre estos a los que creía que eran Francisco Pinelo y su mujer, María de la Torre. Me pidió que les hiciéramos fotografías y así hizo Miguel Zapke. Luego las publicó en su quinta ración de Sevillanías (de donde extraigo, en gran parte, estas notas) en donde los describe así:
«Francisco Pinelo, fiel ejecutor de los Reyes Católicos en Sevilla, y su mujer Dª María de la Torre, ella con elegante tocado de matrona genovesa, y él con enérgicas facciones propias de la importante autoridad con que fue investido por los Reyes Católicos»
De su matrimonio nacieron Jerónimo y Pedro, que fueron canónigos de la Catedral, a los que se unen tres hijos naturales, legitimados por los reyes, Cristóbal, Luis y Juan. Ambos cónyuges están enterrados en la catedralicia capilla del Pilar de la que eran patronos.
Respecto a la casa, pasó a mitad del XVI a ser propiedad del Cabildo Catedral y, tras ser desamortizada en 1870, pasó a Francisco Camino, fundador de los famosos almacenes nombrados con sus apellido. Su última propietaria fue María Pérez de Guzmán y Pickman, a quien el alcalde Félix Moreno de la Cova convenció para que la adquiriese el ayuntamiento como sede de las academias sevillanas, lo que se formalizó el 9 de agosto de 1966.
(Este artículo continúa en La casa de los Pinelos (III) y Jerónimo Pinelo)
P.D.: Los textos que ve en este artículo y en otros de la bitácora sobre las casas de nuestra ciudad son de mi autoría, sin embargo, en noviembre de 2012 hemos publicado Casas Sevillanas desde la Edad Media hasta el Barroco con textos de uno de los máximos expertos en arquitectura sevillana, el catedrático Teodoro Falcón.
maratania@maratania.es www.maratania.es Facebook Linkedin