¿Quién plantó el primer naranjo en las calles de Sevilla? (II), una respuesta – 35

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Voy a intentar dar una respuesta a la pregunta que nos hacíamos en el anterior artículo ¿Quién plantó el primer naranjo en las calles de Sevilla?
Para dar respuesta, voy a echar mano, en primer lugar, del excelente trabajo que hicieron, en 1996, Sabina Rossini Oliva (Dra. Ingeniera Agrónoma) y José Elías Bonells (Jefe de Jardinería del  Ayuntamiento de Sevilla), El Naranjo Amargo de Sevilla:
«En nuestro interés por investigar cuando el naranjo amargo ha tenido su principal difusión como árbol urbano, aportamos documentos del Archivo Municipal de Excmo. Ayuntamiento de Sevilla donde comprobamos que Pablo Boutelou, en la memoria que realiza de su actuación como Director de Paseos en 1842, ya nos menciona las almácigas de naranjos y los granados que invaden las plantaciones existentes en la orilla del río (Jardines de las Delicias de Arjona).»
Los autores aportan más fechas en las que se demuestra como, progresivamente, el Ayuntamiento y los ciudadanos van solicitando la plantación de naranjos como ornato de los paseos y plazas.
«En el 1861 figura un expediente instruido relativo a extender la plantación de naranjos en los paseos interiores de la población con motivo de la plantación de la Plaza de la Magdalena revocándose el acuerdo por estimar que la falta de sombra era molesta para el vecindario, la plantación de naranjos que proponían se realizaba a costa del arranque de otros árboles frondosos existentes; una sensata decisión de los capitulares que defendían esta moción»
«En 1866, el Ayuntamiento subasta el fruto de los naranjos del municipio… existentes en las plazas de la Infanta Isabel y del Pacífico». (plaza Nueva y de la Magdalena)
«En 1869, una solicitud para que se plantan naranjos en vez de acacias en el Patio de Banderas«. La Comisión no entrará en ella al ser un bien de la Corona.
«1872, un expediente con motivo de solicitud de naranjos para el paseo del Salvador«. Hasta entonces estaban plantadas acacias. «La Comisión de Ornato no encuentra inconveniente en que se acceda a la pretensión.»
«En 1881, Fray José Maria Aguilar Misionero Apostólico y Capellán propio de la Capilla de la Expiración exconvento de la Mercedes solicita plantación de naranjos para el pórtico de dicha Capilla».
«En 1881, se han transcrito un aforo de la cantidad de fruto existente en el Municipio realizado y valorado por el capataz D.Francisco Marquez». Se citan aqui a las actuales plaza Nueva, plaza de la Magdalena, Cardenal Cisneros (se menciona por plaza de San Vicente y deduzco por lo que se dice en el siguiente párrafo que es esta calle y no Teresa Enríquez), la Alfafa, el Jardines de Cristina, las Delicias y la zona de la plaza de América y la plaza de Armas. «Quedan exceptuados de ese aprecio las naranjas agrias y limones del Paseo de la Plaza del Triunfo por estos destinadas para simiente».
«En 1882-1883 una solicitud de la comisión de Obras Publicas para la colocación de naranjos en la Plaza del Cincinato, hoy Teresa Enriquez»
«Siguen en 1906 en el que la comisión de Paseos y Jardines propone que se plantan arboles que reunan iguales condiciones que los plantados en Doña Maria Coronel en la que se habían plantado naranjos»
Concluyen al afirmar que «a partir del año 1929, con motivo de la Exposición Ibero-Americana, y después en los años 1960 /1970, con el crecimiento demográfico de la ciudad, Sevilla ha convertido el naranjo en el árbol urbano por excelencia… Sevilla capital en el año 1970 disponía de 5.000 unidades plantados. En la actualidad son más de 25.000 los naranjos en la vía publica, patios, plazuelas plazoletas»
Sin duda, la transformación de la ciudad a principios del XX con motivo de la Exposición de 1929 tuvo una importancia decisiva. Concluyo citando al profesor Jesús Palomero quien afirma lo siguiente:
«Como también de siempre parecen ser los naranjos en las calles, cuando son producto de la idea del mismo don Aníbal González, cuando en los años diez, en el concurso de casas sevillanas, sacó a la calle la decoración interior de los patios de las grandes casas de la Sevilla histórica. A partir de entonces fue cuando el azahar de las huertas y de los palacios se desparramó por las calles». J.Palomero – La invención de la tradición en Sevilla. Conferencia inédita pronunciada en la Universidad internacional Menendez Pelayo en 1990 en el seminario Invencion de la tradicion (cita extraída del artículo La reinvención de Sevilla en el primer tercio del siglo XX por José Macarro).

Continúa y concluye en ¿Quién plantó el primer naranjo en las calles de Sevilla? (III) – Lo que yo creo
Juan Pablo Navarro
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¿Quién plantó el primer naranjo en las calles de Sevilla? – 34

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Al menos, en sus jardines, Andrés Navagero (1525-1528), embajador de Venecia, ya nos refiere la presencia del naranjo: “Hay también abundantes jardines, entre los que destaca el llamado de la Huerta del Rey, que pertenece al marqués de Tarifa, y en el que, además de un gran palacio y un bellísimo estanque, hay un naranjal del que se obtienen grandísimos beneficios de sus frutos. Yo he visto en este jardín y en otros jardines de Sevilla, naranjos tan altos como los nogales en Italia”. Pero ¿quién lo llevo a sus calles? ¿Quíen me lo cuenta?
¿Quién plantó el primer naranjo en las calles de Sevilla? ¿Alguién lo sabe? ¿Cuándo fue?
¿Cuántos artistas buscan una obra que los perpetúe y resulta que plantar un naranjo es más que lo que cualquiera puede concebir? Aquí tenéis el azahar, la flor que nos anuncia la primavera, que recuerda que la Semana Santa ya llega.
Feliz primavera.

Continúa en ¿Quién plantó el primer naranjo en las calles de Sevilla? (II), una respuesta
 
Juan Pablo Navarro
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Cómo nos gusta que nos cuenten un cuento, la casa de los Pinelos (y V) – 33

la casa de jerc3b3nimo pinelo por teodoro falcc3b3n
A un buen porcentaje de nosotros nos gusta la verdad y la belleza pero lo que a todos nos gusta es que nos cuenten una historia aunque sea mala.
En los anteriores artículos sobre la casa de los Pinelo, habréis comprobado que, en el primero y el segundo, daba como propietario y constructor de la casa a Francisco Pinelo como era reconocido tradicionalmente y, en el tercero y el cuarto, a su hijo Jerónimo Pinelo tal como parece comprobado.
Realmente, me gusta más que sea Francisco Pinelo el propietario, da pie para hablar de un personaje muy importante de la época de los Reyes Católicos, amigo de Colón, financiador de sus dos primeros viajes, promotor de la casa de Contratación, de su familia, de sus hijos naturales. Lo que se dice un personaje. Pero aquí llega la ciencia y nos dice que el que labró la casa fue su hijo Jerónimo, un canónigo de la Catedral del que casi desconocemos todo.
!Nos chafaron la historia¡
Imaginemos a dos personas que entrasen en la casa y viesen el patio:
– ¡Qué bonito! – dijeron los dos.
– Sabes que el dueño de esta casa se llamaba Francisco Pinelo y que era muy amigo de los Reyes Católicos y de Colón.
– Ah – respondió el otro
Viendo el escaso interés, el primero buscó un tema de mayor peso:
– Tuvo dos hijos de su mujer y ¡tres o más naturales!. Menudas juergas que se montaría aquí con don Cristóbal.
– No me digas, cuenta, cuenta.
– Sí, pobre su mujer, tener que aguantarlo. Y encima, retrató aquí en los arcos a sus hijos y a sus amantes.
El otro, que no había reparado en los tondos de los arcos, empezó a escrutarlos detenidamente con mirada policial. Al ver uno con casco, preguntó:
– Ese ¿quién es?
– Creo que Julio César. Me parece que también era amigo suyo y compañero de juergas.
Y así siguieron charlando mientras disfrutaban viendo la belleza de las yeserías.
Y, ahora, con la historial real:
¡Qué bonito! – dijeron los dos.
– Sabes que el dueño de esta casa se llamaba Jerónimo Pinelo, un canónigo de la catedral.
– ¿Y?
– Pues eso, que era canónigo, no sé más.
– Bueno, esto está visto, ¿nos vamos a tomar una cervecita?
– Vale

Pues eso, que la ciencia nos echa muchas veces por tierra un buen cuento. Cuando se cuenta una historia, ésta debe ser verdadera y no las trolas de nuestros personajes que han oído campanas y no saben dónde. Pero es verdad que un cuento, un simple relato que capte nuestro interés hace, como en este caso, que nos acerquemos mejor a una verdad mayor; aquí, la belleza del patio renacentista. Los otros dos, con su historia verdadera pero alicorta, se quedan con la cervecita y no con el patio.

Portada de Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco

Portada de Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco con textos de Teodoro Falcón

P.D.: Los textos que ve en este artículo y en otros de la bitácora sobre las casas de nuestra ciudad son de mi autoría, sin embargo, en noviembre de 2012 hemos publicado Casas Sevillanas desde la Edad Media hasta el Barroco con textos de uno de los máximos expertos en arquitectura sevillana, el catedrático Teodoro Falcón.

Pinelo

La Casa de los Pinelo en «Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco» de Teodoro Falcón

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La Casa de los Pinelos (IV) y Lorenzo Suárez de Figueroa – 32

casa de los pinelos
Lorenzo Suárez de Figueroa fue quien le dio a la Casa de los Pinelos su aspecto renacentista. Como comentábamos en el anterior artículo sobre la casa, a la muerte de Jerónimo Pinelo, su hermano Pedro enajenó la casa a favor del cabildo metropolitano en 1523. Desde 1524 hasta su muerte en 1580, la habitaría el citado Lorenzo Suárez de Figueroa, canónigo de la catedral de Sevilla. Como otros canónigos coetáneos estuvo movido por el humanismo renacentista que plasmaría en la reforma que hizo de la casa.
En ésta, tiene principal importancia la del patio. Sustituyó los pilares de ladrilo propios del mudéjar por columnas de mármol procedentes de Génova y cubrió los arcos con yeserías. En estas, destacan los tondos con bustos de distintos personajes. El profesor Teodoro Falcón comenta que esta idea decorativa se inspira en la del claustro pequeño de la cartuja de Pavía (1460-1470). Como afirma, «con esta galería de personajes ilustres, desde los tiempos mitológicos hasta el presente, se trata e recordar en la época del Humanismo los grandes ciclos y los prohombres más importantes de la Humanidad». Entre estos, se encontrarían Alejandro Magno, el Gran Capitán, El Cid, Fernando el Católico, Escipión, Isabel la Católica, etc. a los que se unirían los progenitores de Lorenzo Suárez de Figueroa. No todos son originales de la época, ya que en el siglo XIX se encontraban muchos muy deteriorados y se labraron de nuevo.
(Este artículo concluye en Cómo nos gusta que nos cuenten un cuento, la casa de los Pinelos (y V))

Portada de Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco

Portada de Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco con textos de Teodoro Falcón

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La Casa de los Pinelo en «Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco» de Teodoro Falcón

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La casa de los Pinelos (III) y Jerónimo Pinelo -31

Blacón de la casa de los Pinelos - maratania
En los anteriores artículos, hemos tratado, como es tradicional, la casa de los Pinelos como la casa de Francisco Pinelo. ¿Es esto cierto? Teodoro Falcón lo negó en 2006 en su monografía «La casa de Jerónimo Pinelo» editada por la Fundación del Colegio de Aparejadores.
Teodoro Falcón afirma que la casa de Francisco Pinelo era una colindante, basicamente, la que sería hoy Argote de Molina, 17. En ella viviría desde al menos 1496 hasta su muerte en 1509. En las obras de rehabilitación del inmueble se han encontrado su blasón que muestra tres piñas de oro en un campo de gules. Sería, tal como afirma, la casa que fue testigo de las conversaciones de Francisco Pinelo y Cristóbal Colón, al menos desde su segundo viaje (1493-1496). A su muerte, la casa pasó a su hijo Pedro. Éste, en la escritura de venta al cabildo catedralíceo en 1523 afirma que su hermano Jerónimo «las hizo, labró y edificó e poseyó».

Mirador de la casa de Francisco Pinelo

Mirador de la casa de Francisco Pinelo

Siguiendo a Falcón, Jerónimo Pinelo adquirió las fincas donde, entre 1502 y 1520, levantó la casa de los Pinelos en la tradición gótico-mudéjar. A su muerte, la heredó su hermano Pedro, quien en 1523 se las vendió al Cabildo. A éste pertenecería hasta el XIX como residencia, fundamentalmente, de canónigos de la Catedral.
Lo que ocurrió después lo cuenta así:»A partir de la segunda mitad del siglo XIX albergó un centro de primera y segunda enseñanza, un almacén de alquiler de carruajes, una imprenta y las oficinas del Monte de Piedad. En 1862 residió ocasionalmente el futuro San Antonio María Claret. A partir de 1870 fye propiedad de la familia del Camino y de la Portilla y desde 1885 se habilitó como fonda, pensión y hostal Don Marcos. En 5 de febrero de 1954 fue declarado Monumento Nacional y, con posterioridad, Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía. En 1966 el inmueble fue adquirida por la firma comercial El Corte Inglés, siendo donado al ayuntamiento. A comienzos de la década de 1970 se realizaron en él una serie de obras de rehabilitación para destinarlo a sede de las Academias Sevillanas de Bellas Artes y de Buenas Letras.«
(Este artículo continúa en La Casa de los Pinelos (IV) y Lorenzo Suárez de Figueroa)

Portada de Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco

Portada de Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco con textos de Teodoro Falcón

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Pinelo

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La Casa de los Sánchez Dalvo – 30

Casa de los Sánchez Dalbo - Foto de Miguel Zapke

Casa de los Sánchez Dalvo - Foto de Miguel Zapke

El embajador y humanista veneciano Andrea Navagero, que conoció Sevilla con motivo de las bodas del emperador Carlos V en 1526, afirmaba que Sevilla se asemejaba más que ninguna otra ciudad de España a las italianas. En un siglo, la población de la ciudad se había triplicado y contaba ya con unos 130.000 habitantes. La riqueza del comercio con el Nuevo Mundo se reflejó en las casas construidas por la aristocracia local en donde se mezclan las corrientes del renacimiento con la tradición mudéjar que añade elementos tan sevillanos como los zócalos, yeserías y artesonados.

De este periodo, cerca de la casa de los Pinelos, en Guzmán el Bueno, 4, se haya una espléndida casa construida en el siglo XVI y reformada en el XVII y XIX. Conocida erróneamente por muchos como la casa Olea, conversando en una de sus salas con Enrique Moreno de la Cova, me afirmó que sus primeros propietarios fueron la familia de banqueros de los Sánchez Dalvo. Con este nombre aparece desde entonces en los libros de Maratania

portada de la casa de los sanchez dalbo - foto de miguel zapke - maratania

Portada de la casa de los Sánchez Dalbo - Foto de Miguel Zapke

Es de gran hermosura la portada de mármol en donde dos pilastras jónicas decoradas con formas vegetales sostienen el dintel. Sobre éste, seis ménsulas recogen el vuelo del balcón principal. Entre la portada y la cancela  se encuentra un amplio zaguán cubierto por un artesonado.

Como es característico, el edificio gira en torno al patio que cuenta con galerías en sus cuatro frentes. Las de la planta baja las forman arquerías con pilastras y frisos decorados por yeserías. Las de la planta alta las constituyen balcones separados por pilastras.

En el patio cubierto por gravilla, siguiendo el modelo de tantos palacios italianos (de igual manera que la casa de los Bucarelli de la calle Santa Clara), se sitúan dos estatuas romanas, procedentes de Peñaflor, y un sobrio pozo de mármol.

Es el de esta casa, uno de los más hermosos patios de Sevilla. Uno de aquellos de los que, como el de su casa natal en la calle Acetres, desde la añoranza del exilio, Luis Cernuda evocaba en Ocnos: …, yo a solas y sentado en el primer peldaño de la escalera de mármol. La vela estaba echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, … Subían hasta los balcones abiertos, por el hueco del patio, las hojas anchas de las latanias, de un verde oscuro y brillante, y abajo, en torno de la fuente, estaban agrupadas las matas floridas de adelfas y azaleas. Sonaba el agua al caer con un ritmo igual, adormecedor… Disuelta en el ambiente había una languidez que lentamente iba invadiendo mi cuerpo”.

Juan Pablo Navarro
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La casa de los Pinelos (II) y Francisco Pinelo – 28

Galería de la casa de los Pinelos con retratos de la familia

Galería de la casa de los Pinelos con retratos de la familia

En el solar en que se construyó la casa de los Pinelos había estado la casa del gran visir en tiempos de la taifa de Sevilla y, tras la reconquista, fue vivienda de personajes principales vinculados a los reyes. A mediados del XV, pertenecía al Abad Fernando González (de quien se deriva el nombre de la calle: Abades) de quien pasaría a Francisco Pinelo quien construiría la casa que hoy conocemos.
Francisco Pinelo (Génova, ? – Sevilla, 1509) llegó a Sevilla en fecha incierta, tras su paso por Valencia, como agente de la banca genovesa. El Consulado de Génova era el más importante entre los extranjeros que se encontraban en Sevilla y, tras el Descubrimiento, su situación fue privilegiada. Entre sus componentes se encontraban personajes tan importantes como Tomás Mañara, Corzo Vizentelo y el propio Francisco Pinelo.
Francisco Pinelo estableció fuertes lazos con la aristocracia sevillana y con los reyes, de los que fue fiel ejecutor, ofreciendo su apoyo financiero para sus empresas. Prestó, así, a los Reyes Católicos dinero para la guerra de Granada y para el destierro posterior de Boabdil; trascendental fue su apoyo en los dos primeros viajes de Colón, a quien le unía una gran amistad (téngase en cuenta la muy probable procedencia genovesa de éste). Mantuvo, a su vez, una gran actividad comercial que se trasladaría al Nuevo Mundo tras su descubrimiento.
Su principal obra fue el impulso que dio a la Casa de la Contratación, siendo redactor de sus estatutos inspirados en los de Génova. Tenía como misión el control del monopolio del trafico con las Indias y se mantuvo en Sevilla hasta su traslado a Cádiz en 1717. Su gobierno era tripartito y sus tres principales cargos fueron el jurado Francisco Pinelo, el tesorero Sancho de Matienzo y el contador de la armada de Indias Jimeno de Bribesca

Francisco Pinelo y su mujer María de la Torre

Francisco Pinelo y su mujer María de la Torre

Volviendo a la casa de los Pinelos, en ella queda constatada la propiedad en la profusión de escudos de la familia que se encuentran en el artesonado de sus dependencias y, especialmente, en la galería de retratos que se encuentran en el patio y que serían de la familia de Francisco Pinelo. Visitando a nuestro ilustre vecino Eduardo Ybarra, que había colaborado con nosotros cuando Maratania publicó Sevilla, una mirada en el Tiempo, me comentó que había localizado entre estos a los que creía que eran Francisco Pinelo y su mujer, María de la Torre. Me pidió que les hiciéramos fotografías y así hizo Miguel Zapke. Luego las publicó en su quinta ración de Sevillanías (de donde extraigo, en gran parte, estas notas)  en donde los  describe así:
«Francisco Pinelo, fiel ejecutor de los Reyes Católicos en Sevilla, y su mujer Dª María de la Torre, ella con elegante tocado de matrona genovesa, y él con enérgicas facciones propias de la importante autoridad con que fue investido por los Reyes Católicos»
De su matrimonio nacieron Jerónimo y Pedro, que fueron canónigos de la Catedral, a los que se unen tres hijos naturales, legitimados por los reyes, Cristóbal, Luis y Juan. Ambos cónyuges están enterrados en la catedralicia capilla del Pilar de la que eran patronos.
Respecto a la casa, pasó a mitad del XVI a ser propiedad del Cabildo Catedral y, tras ser desamortizada en 1870, pasó a Francisco Camino, fundador de los famosos almacenes nombrados con sus apellido. Su última propietaria fue María Pérez de Guzmán y Pickman, a quien el alcalde Félix Moreno de la Cova convenció para que la adquiriese el ayuntamiento como sede de las academias sevillanas, lo que se formalizó el 9 de agosto de 1966.
(Este artículo continúa en La casa de los Pinelos (III) y Jerónimo Pinelo)

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La Casa de los Pinelo en «Casas Sevillanas desde la Edad Media al Barroco» de Teodoro Falcón

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La casa de los Pinelos – 27

la casa de los pinelos en sevilla 360º de Maratania

La casa de los Pinelos en Sevilla 360º de Maratania

Entre las casas sevillanas del XVI ocupa un lugar destacado la casa de los Pinelos. Procede su nombre de su fundador, Francisco Pinelo, genovés de origen y uno de los más ricos mercaderes de Sevilla. Hoy es la sede de las Reales Academias Sevillanas de Buenas Artes, Letras y Medicina. La casa consta de dos plantas rematadas por un mirador con un antepecho gótico de piedra calada y una techumbre mudéjar sustentada por arcos de medio punto. Los miradores se convirtieron en un elemento característico de muchas casas sevillanas de los que se conservan hoy todavía bellos ejemplos como en Cristo de Burgos 21, Argote de Molina 17 o Viejos 1.
El patio principal es, sin duda, de gran atractivo y de clara referencia renacentista, en donde los arcos de medio punto se adornan con yeserías platerescas, más profusas las de la planta baja que las de la alta. Destacan en la casa los zócalos de azulejos y los artesonados que se encuentran en algunas de sus dependencias, como en el gran salón de la planta baja.
Cuando el Corte Inglés derribó la casa de los Sánchez Dalp en la plaza del Duque para construir sus almacenes, restauró la casa de los Pinelos.
(Este artículo continúa en La casa de los Pinelos (II) y Francisco Pinelo)

Francisco Pinelo

Francisco Pinelo (Génova, ? – Sevilla, 1509) financió los dos primeros viajes de Colón y promovió la Casa de la Contratación de Indias. Según Eduardo Ybarra Hidalgo, este retrato de la casa de los Pinelos lo identifica. El propio Eduardo me pidio que hiciéramos esta foto cuando preparaba su quinta ración de Sevillanías. La foto es de Miguel Zapke.